“Yo pensé que no iba a salir”

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Víctor G. Ricardo se enfermó grave de Covid después de vacunarse

Elexcomisionado para la paz y ex embajador contó cómo fue su experiencia con el covid-19. Como él muchos vacunados han enfermado pero no tuvieron la misma suerte de él de vivir para contarlo.

SEMANA: ¿Cuándo se vacunó?

Victor G.Ricardo: La vacuna me la pusieron en febrero en Estados Unidos.

SEMANA: ¿Y se sintió más seguro?

V.R: Yo le tengo mucho miedo a este virus entonces a pesar de tener las dos dosis me seguí cuidando como si no estuviera vacunado. Poco contaba a los demás que estaba vacunado para que la gente no pensara que yo era un poco ridículo porque andaba siempre con alcohol y antibacterial y donde me fuera a sentar limpiaba. Era muy drástico.

SEMANA: ¿Y entonces dónde agarró el virus?

V.R.: Cualquier cosa que diga es mentira. Yo estuve de miércoles a sábado en Cartagena y de ahí viajaba a España entonces me hice una PCR. Y como duraba dos días para que llegara el resultado me la hice el martes. Esa prueba salió negativa. Luego me fui a Madrid y tuve reuniones allá y me devolví el jueves y para ese viaje otra vez me hice la prueba, que de nuevo salió bien. En Cartagena cogí dos o tres taxis y no se si de pronto toqué algo que estaba infectado y me metí el dedo a los ojos. Eso pudo ser.

SEMANA: ¿Cuándo se empezó a sentir mal?

V.R.: El miércoles. Primero fue una tos pero yo pensé que era por un tabaco que me había fumado el día anterior. Esa noche prendí el aire acondicionado porque hacia mucho calor. El jueves amanecí con tos y pensé que me había resfriado. Me fui al aeropuerto y en el vuelo hacia acá sentí mucho frio y ya al llegar a Bogotá me sentí como si tuviera una gripa terrible. Cuando llegue a mi casa, mi señora me dijo ‘ni se me acerque’. El viernes amanecí con fiebre, y seguía pensando que era el resfriado, pero mi hija me dijo ‘hazte el examen de covid’. Yo le dije ‘pero que más exámenes si me lo hice para ir y para venir. Es una gripa’. Ella me insistió tanto que me fui a hacer la prueba.

SEMANA: ¿Y cómo se enteró del resultado?

V. R.: Ese sábado estaba hablando por teléfono y sentí que me faltaba el aire, que no oxigenaba bien, que me fatigaba hablando al hablar. Cuando colgué me metí al computador y vi el resultado. Cuando leí ‘positivo’ casi me muero de un infarto. Yo no entendía dónde y cómo había pasado eso si me cuidaba y estaba vacunado.

SEMANA: ¿Cómo reaccionó ante ese diagnóstico?

V.R.: Fue un golpe duro y lo primero que pensé fue ‘me morí’. Nunca me imaginé que vacunado me fuera a dar, pero las vacunas no me prevenían la infección sino que se manifestara de manera severa la enfermedad. Cuando vi el resultado pensaba ‘¡No puede ser!’ Mi mujer me dijo luego que yo estaba absolutamente lívido y descompuesto. Era lógico yo pensaba ‘hasta aquí llegue’.

Víctor G Ricardo en la UCI

SEMANA: ¿Y qué hizo apenas supo?

V.R.: Llamé al médico y me dijo que fuera a la clínica a hacerme el tac de tórax, y que nos mostró ya una pulmonía. Consulté a tres médicos, dos de los cuales me decían que me tenia que hospitalizar porque estaba muy baja la oxigenación.

SEMANA: ¿Por qué tanto miedo al hospital?
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V.G.: Me daba miedo. Del hospital a que me intubaran no había sino un paso y ahí si nada qué hacer. Le tenía miedo a la intubada porque cuando la saturación se baja demasiado ya no hay nada que hacer y toca intubación. Y cuando eso pasa hasta ahí llegaste, ya no puedes decidir nada. Te intuban y te sedan y ya uno no es consiente de nada.i

SEMANA: ¿Y cómo se resolvió ese rifirrafe?

V.R.: Un médico propuso hacer un cuarto de cuidados intensivos intermedio en mi casa y así fue. Los médicos me decían que había que actuar rápido y me bombardearon con una cantidad de medicamentos entre los que estaba un garrapaticida. La idea era impedir que el virus avanzara rápido y para eso había que controlar muchos frentes. Yo creo que eso me salvó.

SEMANA: ¿Cómo fue ese hospital en la casa?

V.R.: La verdad es que estuve 15 encerrado en un cuarto al que médicos, enfermeras y el personal de laboratorio entraba con sus vestidos de astronauta para analizar todo. ¡No se imaginan lo que fue conseguir oxígeno! Hay gente que se ha muerto porque no tiene oxígeno. Gracias a dios mi señora y mi hija también se aislaron y yo pude tener un rincón para mi para que no se les pegara a ellas.

SEMANA: ¿Qué era lo que más temía en ese momento?

V.R.: La oxigenación. Esta enfermedad es traicionera y además se acelera muy rápido y no podíamos dejar que se acelerara. Por eso antes de que tuvieran los exámenes los médicos tuvieron que actuar para que no fuera demasiado tarde. Ellos me decían que si no se hacia así había opción de inturbarme. Ahí si me asusté. La saturación no se puede dejar bajar de 90, 88 máximo porque cuando eso pasa puede venirte un infarto o producirte un accidente cerebral.

SEMANA: ¿Cómo sintió la enfermedad?

V.R.: Me sentía con gripa. La fiebre pasó rápido. Yo estaba muy deprimido y muy débil. Si caminaba tres cinco pasos me falta el aire. Mis hijas me decían ‘mira películas’, pero yo no tenía cabeza. Solo podía pensar en cómo salir de esto, pero también me preocupaba en cómo organizar mis cosas si me pasaba algo. Lógicamente todo esto fue sin decírselo a mi familia. Cada vez que se me bajaba la saturación eso producía una preocupación inmensa pero nunca se los dije a ellas porque no quería alarmarlas ni angustiarlas más de lo que estaban.

SEMANA: ¿Cómo se explica que vacunado se hubiera contagiado?

V.R.: Los fabricantes de vacunas lo dicen, que te protegen en 95 por ciento en el caso de Pfizer, que fue la vacuna que yo recibí, pero otras tienen una eficacia menor. Entonces nadie sabe realmente y aunque los médicos han venido aprendiendo a la fuerza como se comporta la enfermedad, finalmente un año y nadie tiene la seguridad de nada. Uno llega a esa conclusión. Yo tengo ya casos de cuatro o cinco personas que ya vacunados se han enfermado y se han muerto. Mucha gente no dice que tiene coronavirus porque le da temor a que lo aíslen socialmente.

SEMANA: Dicen que el covid afecta sobre todo psicológicamente. ¿Cómo fue eso en su caso?

V.R.: La afectación psicológica es total, tal vez es lo que mas afecta, te dan momentos de profunda tristeza. Se me salían las lágrimas solo. Sentía una depresión profunda y me preguntaba qué me pasa. En medio de los malos pensamientos pensaba que de esta vaina no iba a salir y me preguntaba mucho lo mismo. si yo estaba vacunado, cómo había llegado a esa situación.

SEMANA: ¿Los médicos que le decían?

V.R.: A pesar de todo el conocimiento que tienen ellos después de un año de pandemia, pues ellos saben que no hay nada seguro.

SEMANA: ¿Cuál fue el peor momento?

V.R.: Los peores momentos fueron vivir la angustia interna cuando veía que la oxigenación no funcionaba, y eso era frecuente. Al final mi esposa y mi hija me decían que me venían muy mal y muy triste pero era porque no se mejoraba la oxigenación y estaba informado de las consecuencias que podría tener eso.

SEMANA: ¿Cuándo escribió el artículo que apareció en los medios?

V.R.: Yo escribí uno cuando estaba muy mal y pensaba que que todo iba a terminar mal. Yo, en medio de mi situación veía lo que estaba pasando en Colombia. Y yo no hubiera animado a decir que tenia Covid si no fuera por crear conciencia de las consecuencias de las protestas. Hay mucha incredulidad sobre el tema, no creen en la gravedad y lo otro es que creen que ya después de vacunado no les va a pasar nada. Llevamos más de un año con el virus y todavía la gente no es consciente de su gravedad.

SEMANA: ¿Cómo era la comunicación con la familia?

V.R.: Yo estaba totalmente aislado. Si quería verlos me tocaba por el celular. Eso también fue terrible. Mi hija con su marido y sus hijos se paraban en frente del edificio donde vivo y me saludaban desde abajo. Yo los veía desde la ventana.

SEMANA: ¿Cuándo supo que se había salvado?

V.R.: El viernes pasado, después de 15 días. Yo ya me hice el examen y me salió negativo. Pero lo curioso es que uno cree que esto es como una gripa: que pasa y uno se mejora y ya. Pero aquí no. Hay que tener cuidado porque el virus te produce una reacción o te deja secuelas en el pulmón, el aparato digestivo o el corazón. Entonces no es solo que te pase el covid sino que no te deje secuelas.

SEMANA: ¿En este momento cómo está?

V.R.: Continua el problema de saturación, a veces se me baja a 82 y uno debe estar por encima de 90 y esa es la parte que me tiene aburrido porque debo estar pegado al oxigeno y cuando hablo mas de lo debido me comienza una tos.

SEMANA: ¿Qué siente que lo salvó?

V.R.: La vacuna primero y lo segundo mi hija que me insistió en el examen. Se volvió tan cansona que por eso fui porque yo estaba convencido de que era un resfriado. Esto es una gripa, pensaba yo pero le di el gusto.

SEMANA: Después de vivir esto, ¿Qué mensaje le quedó?

V.R.: Que lo que está en juego es la vida de las personas. El virus mata, y hasta ahora no ha salido la vacuna que garantice 100 por ciento de protección. Así como cuento lo mío, hay otras personas que aún con la segunda dosis también se han muerto. Uno no puede hacer pánico pero si hacer conciencia. Nadie sabe lo que vive un paciente de estos, yo estuve el viernes en un examen de laboratorio y de corazón y me dijeron que el hospital estaba copado. En el momento del examen el médico tuvo que irse como tres veces porque lo llamaban a la UCI a una emergencia. Me dijo que lo impresionante era que ya no estaba lleno de viejitos sino de personas de entre 30 y 40 años y que varios de ellos se mueren.

SEMANA: ¿Y que le espera en el futuro?

V.R. Irme a tierra caliente al nivel del mar por recomendación de otras personas que me han dicho que allá la saturación se estabiliza. Lo otro es hacer ejercicios respiratorios para que el pulmón vuelva a oxigenar como antes. Y seguirle teniendo respeto a este mal. Porque el susto me lo pegué.

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