ALPISTE EN TRAMPA

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Bogotá. 24 Noviembre 2016. En el Teatro Colón en el centro de la ciudad se llevó a cabo la firma del acuerdo definitivo entre las FARC y el Gobierno que busca dar fin a una guerra de 52 años. En la foto: Juan Manuel Santos, Presidente de la República y Rodrigo Londoño Echeverri alias “Timochenko, Timoleón Jiménez”. (Colprensa - Juan Páez).

La cómplice guerrilla, entonces, juega su carta: Después de un histriónico parapeto de tira y afloje, fingirá aceptar.

A la nocturna reunión de guerrillos y pro guerrillos citada por Santos en casa de uno de sus lacayos cómplices le han hecho mucha bulla, y le han aventurado variados propósitos conspiratorios. Pero está claro: Es obvio que la reunión no fue para jugar naipes, pero sí lo fue para jugar cartas, para distribuir a cada asistente la carta a jugar en la estrategia para tomarse al país.

Tienen fama la inmensa capacidad de intriga que posee Santos, su transmutatoria esencia camaleónica, su habilidad para desviar y reorientar convicciones, su talento para la negociadera con quien sea. Más que el premio nobel, se dice que merece medalla de oro en engaño y tramoya.  Es por ello que la cosa reviste más peligrosidad que lo que la gente imagina o lo que el común supone, porque se asegura que la treta de Santos no es atacar al gobierno Duque sino que, por el contrario, en el ejercicio de su perversa y retorcida mente planea presentarse ¡como el más efectivo colaborador de los objetivos gubernamentales! Ya empezó con aquéllos temas que la gente anhela: Proponer a los guerrillos que acepten modificaciones a la JEP y al acuerdo; después que procedan a contar la verdadera verdad, que se atienda a las víctimas, que entreguen las armas que se guardaron, que acepten los delitos atroces; pedirá a los disidentes que cesen el fuego, que se depongan los  odios, que haya unidad. La cómplice guerrilla, entonces, juega su carta: Después de un histriónico parapeto de tira y afloje, fingirá aceptar. Pero, como siempre, dilatando y manejando el sí pero no, hasta que todos caigan en la trampa, y crean que Santos arreglará todo. ¿Qué tal el libreto? ¡Maquiavélico!!

La película que planean, continuará: La pretensión de Santos es quedar de nuevo como líder de la paz, y que la gente le coma cuento. En tal ilusión, encabezará una lista única a Senado creyendo encontrará eco y logrará gobernabilidad para su candidato presidencial. Ahí entra Juan Fernando Cristo a jugar su carta de servir de puente con Gaviria y con Samper el del ocho mil, para que apoyen la trama secundados por los Roy Barreras, Iván Cepeda, Robledo, los otros samperes y demás eméticos. Los guerrillos, entonces, que ya jugaron su carta, aportarán otra: Mucho dinero y presión rural; quieren el poder, y estarán tranquilos: Santos ya les cumplió y les seguirá cumpliendo sea quien fuere su candidato. Se cree que Petro, pero no. Petro está desprestigiado, es izquierda radical, muy terco y, además que la izquierda está muy dividida, hay que darle al ardid visos de movimiento de centro. El tipo será Fajardo, con buena aceptación, y suficiente ingenuidad. He ahí la perversidad.

Ésa es la tramoya que se inventaron, y que creen tendrá éxito. Así que no hay que dejarse engañar otra vez. Tal como se divulgó la oscura reunión, hay que develar también su engañosa estrategia, y alertar a todo el mundo: A beneficios que provengan de Santos no se les puede creer: Son como el alpiste en trampa pajarera: Una falsa atracción momentánea que terminará acabando con la libertad.  Por: Roberto Zabarain Roberto Zabarain -El Heraldo

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