BOGOTÁ: 483 años de una capital que siempre se levanta

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El cumpleaños que conmemora hoy Bogotá es especial. Se da en un momento clave en su historia, en el que intenta recuperarse de los estragos de la pandemia y las protestas. Como en otros hitos, es la oportunidad de plantear nuevas dinámicas en temas como movilidad, entorno urbano, espacio público y área metropolitana.

La conmemoración de los 483 años de Bogotá se hará con varias actividades a partir de las 9:00 a.m

La conmemoración de los 483 años de Bogotá

Hoy se festeja el cumpleaños 483 de una capital en la que casi cada generación se ha visto obligada a resurgir de una gran adversidad. Esta vez no será diferente y se recordará como una fecha en la que se intenta retomar por completo la vida que había antes de la llegada del COVID-19. Aunque hace un año también se habló de una “nueva normalidad”, solo hasta este año podría ponerse en marcha, gracias a los avances en vacunación y, vale resaltarlo, a la presión en las calles, donde miles de personas exigieron más oportunidades.

Ese llamado solo puede garantizarse con la reapertura total de la ciudad, que pondrá a prueba, una vez más, la capacidad de los capitalinos para reponerse con éxito a las consecuencias devastadoras de un hito en la historia. Como ocurrió tras el terremoto de agosto de 1917, la pandemia de 1918, el Bogotazo, en abril de 1948, e incluso después de la época de terror en los años 80 y 90. En esta ocasión, con la reactivación será una nueva oportunidad para demostrar la capacidad de adaptación a la adversidad de los capitalinos. Además, según historiadores y expertos urbanos, lo será para plantear cambios a partir de las lecciones que ha dejado esta pandemia.

Y es que para volver a brillar como capital es clave que todas las falencias y experiencias del último año se traduzcan en nuevos conceptos de ciudad y en hacer de Bogotá una capital preparada para los retos de la pospandemia no solo en salud, sino también en cambio climático, movilidad, usos del espacio público, entre otros ámbitos.

Así lo cree Ómar Oróstegui, director del centro de pensamiento Futuros Urbanos, quien explica que si algo tiene Bogotá es capacidad de adaptación a las circunstancias y que para este nuevo momento será clave que haya un cambio de narrativas e íconos en el territorio.

“No estamos muy preparados en temas como el teletrabajo y sus efectos en la movilidad o el traslado hacia la ciudad-región. Vendrán muchas implicaciones por la pandemia y ahora llega la tarea de repensar el entorno urbano. Debemos tener la capacidad de crear hitos y cambiar las narrativas que le han hecho daño a la ciudad y que han sido promovidas por grupos políticos, solo para conseguir votos”, señala Oróstegui.

Por Felipe García Altamar – El Espectador

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