CORONAVIRUS: LA LEY DEL TODO O NADA

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El cumplimiento de la ley del todo o nada, nos llevará a sobrepasar la catástrofe que vivimos, poniéndole seriedad a las decisiones.

Se necesita un plan estratégico contra la Covid-19 con la posibilidad de mejores resultados a los actuales, sin desconocer los grandes esfuerzos que se han hecho hasta ahora, pero considerando que llegó el momento, como en el argot militar de atacar al virus y afortunadamente ya tenemos una herramienta clave que es la vacuna, lo malo es que solo nos llegara hasta abril, o sea hay una limitante seria en el acceso a la vacuna, a pesar de un decidido empeño del gobierno, estaremos ante la posibilidad de continuar el crecimiento o rebrote del virus, utilicemos tratamientos ahora aceptados, sin discusión, pero principalmente disminuyamos los contagios.

Cuando no podemos desconocer que a la Covid-19, aquella que nos ha hecho tanto daño, y nos sigue haciendo, no la podemos señalar sino como la producida por un virus que ha colocado la humanidad en jaque, no solo porque ya ha afectado aproximadamente unas 71.1 millones de casos y 1.58 millones de personas han perdido sus vidas (diciembre 11).

Mis consideraciones respetuosas, con base en los conocimientos actuales, los reconocimientos de un verdadero desastre que vive la humanidad y, a mi experiencia, representada en más de 40 años del ejercicio profesional, al lado de un grupo médico sacrificado y con un reconocimiento pobre de su labor.

Propongo utilizar la ley del todo o nada,  explicada en el funcionamiento del organismo, esta ley establece que cierta estructura, como una neurona o fibra muscular, responde completamente o no lo hace al estímulo, por tanto, no hay impulso nervioso parcial en una neurona o contracción parcial de una fibra muscular.  Es decir, o hacemos todo con ganas o no conseguimos nuestro objetivo.

Todos debemos reconocer a la Covid-19, como nuestro enemigo No.1, y eso no se ha dado, los esfuerzos por hacerlo deben ir a lo máximo, es decir la información debe llegar a toda la gente,  en forma veraz, sin dudas, para lograr que las comunidades se concienticen y empoderen  sin dudas.

Si no hay contagios, no hay enfermedad, y la única forma para evitar el contagio está en los distanciamientos,  el mayor posible, mejor de tres metros. El uso del tapabocas o mascarilla, el lavado de manos y el uso del alcohol y los desinfectantes, ya están demostrados que sirven. Esto hay que hacerlo hasta que logremos detener el crecimiento del virus.

Conformar un ejército  bien equipado y compuesto por todos los que podamos hacer algo por los demás, preparar e incluir el mayor número de personas, involucrando estudiantes, principalmente de las áreas de la salud, y todo un personal de voluntarios,  trabajadores oficiales y de la empresa privada, todo esto al lado de un presupuesto establecido de acuerdo con nuestras capacidades y necesidades del momento.

Poner a funcionar un sistema  de salud con grandes defectos para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de contactos e infectados. El seguimiento, debe incluir la vigilancia y el control inmediato con manejo de pacientes por personal preparado, lo cual no se está haciendo.

Utilización y definición de tratamientos de país, es decir con la discusión de las recomendaciones de otros países y de instituciones reconocidas por su seriedad y evidencia de las recomendaciones, pero con nuestra propia decisión.

El cumplimiento de la ley del todo o nada, nos llevará a sobrepasar la catástrofe que vivimos, poniéndole seriedad a las decisiones y al cumplimiento de medidas que no podemos postergar.

Mis recomendaciones son respetuosas de las medidas del gobierno, pero no solamente el gobierno es el Estado, por eso debemos participar todos, de acuerdo con nuestras capacidades.

O lo hacemos todo de una vez, o tendremos que sufrir las muertes de nuestros familiares, amigos, y otros que en este momento son evitables.

Por: Álvaro Villanueva – El Heraldo

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