¿Cuál será el futuro de las relaciones Colombia – EE. UU.?

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Internacionalistas y politólogos opinan sobre posibles pesquisas y debates por “injerencia” de colombianos en campaña de EE. UU.

Luego del inaudito asalto de los seguidores de Donald Trump al Capitolio estadounidense, la estratega demócrata Michelle Manat advirtió  en los últimos días acerca de que el gobierno entrante de Joe Biden y el Congreso de ese país podrían investigar y debatir respectivamente la supuesta injerencia y “desinformación” que habrían protagonizado funcionarios y políticos colombianos en la campaña a favor de Trump.

El Heraldo consultó a internacionalistas y politólogos para conocer sus miradas frente a si esta situación pudiese poner en riesgo las relaciones Bogotá-Washington y, así mismo, si la oposición popular multitudinaria que recibiría un posesionado Biden del trumpismo causaría repercusiones en Colombia.

Para el internacionalista David Castrillón, “la de Biden es una administración que anunció que va a llevar un regreso a la normalidad en la política exterior, y esperamos que no actúe a partir de lo personal y mucho menos con aliados como Colombia, y esperamos además que sepa separar las declaraciones de algunos miembros del partido del presidente Iván Duque de una política de estado, que no fue lo que se vio en este caso, y esperamos entonces que a nivel ejecutivo y legislativo no haya ningún tipo de represalia por esas declaraciones de miembros del Centro Democrático”.

En relación a Manat aseveró que “esas son unas declaraciones incendiarias de alguien que no entiende muy bien las promesas de la política exterior de la administración que entra, que a diferencia de la de Trump entra con una visión estratégica de largo plazo, y para que EE. UU. cumpla sus propósitos debe, y eso lo ha dicho Biden, trabajar con sus aliados y socios. Esa es una de las razones, por ejemplo, por la que sabemos que esta es una administración interesada en eliminar el proceso de certificación en cuanto a la lucha contra las drogas, porque sabe que este tipo de represalias a corto plazo y mediáticas no contribuyen a sus propósitos. Sabemos que los actos que se vieron en la toma del Capitolio fueron en parte producto de la desinformación, pero el ‘trino’ o la reunión de un individuo de un país como Colombia no está en el radar de las amenazas”.

“Se investigará y debatirá la injerencia y la desinformación”, Michelle Manat, estratega demócrata.

“Diplomacia errática”

Víctor de Currea-Lugo, internacionalista, señala que “fundamentalmente lo que hay que entender es que el Gobierno de Colombia tiene una política exterior profundamente errática, o diría uno que no la tiene. Se observa en su forma de entender las relaciones con Venezuela, de tener tensiones innecesarias con Rusia en un supuesto caso de espionaje, y de hacer caso a un sector de la política más de extrema derecha de los EE. UU. Pero eso no es gratuito, todo obedece a una forma vertical, autoritaria, irrespetuosa del derecho internacional como es el caso de la postura que ha asumido Colombia frente a las demandas de paz y de protección a los lideres sociales, por ejemplo”.

“Habrá distancia”

El politólogo Carlos Arias cree que “es muy posible que el gobierno de Kamala Harris y Biden haga investigaciones para confirmar si efectivamente hubo una  participación de políticos colombianos o diplomáticos, o incluso influenciadores en redes sociales que hayan manipulado las llamadas noticias falsas en favor del candidato Trump. Por ejemplo, que Biden representaba el castrochavismo, o cosas así por el estilo que circularon abiertamente en La Florida, donde ganó Trump. Sin embargo, esas investigaciones va a ser poco probable que salgan a la luz pública.

Aunque Colombia va a seguir recibiendo el apoyo de los EE. UU. como históricamente ha sido, independientemente de si el Gobierno es demócrata o republicano, sí va a haber un distanciamiento importante del gobierno de Biden con el actual gobierno de Iván Duque, porque fue abiertamente cercano a la administración Trump, y en el proceso electoral se vio tendenciosamente cómo diplomáticos colombianos no fueron objetivos ni fueron neutrales en sus declaraciones”.

“No han hablado”

Acerca del hecho de que Biden y Duque no hayan hablado aún, Castrillón sostiene que “quisiéramos ser los primeros en la lista porque mostraría que somos prioritarios para esta administración. EE. UU. es nuestro socio estratégico y eso significa que esto nos puede generar cierta incertidumbre sobre el lugar de Colombia para esta administración, pero viendo lo que ha ocurrido sabemos que Biden ha hablado solo con los dirigentes de 14 estados, de casi 20, y que Colombia no entre dentro del top 15 no debe significar que hemos perdido relevancia o que hay un disgusto, más bien refleja que el hecho de que las prioridades de EE. UU estaban en otra parte, como el este de Asia, porque sabemos que habló con Japón, Corea del Sur, India, Europa, y que también esto responde a las convulsiones a las que se enfrenta en este momento en cuanto a la transición. Lo de las llamadas no es el ideal, pero lo importante será ver qué tanta comunicación vaya a haber entre ambos. Por ahora es más pompa que sustancia”.

Y frente a lo que le espera a Biden, señala Arias que “va a enfrentar una de las polarizaciones ideológico-políticas más fuertes que han tenido los EE. UU. en su historia reciente. Trump representa un muy importante número de estadounidenses que básicamente sí se han magnificado y se han mediatizado por el mismo Trump, pero que sigue siendo significativo e importante en la democracia de los EE. UU. Ahora bien, aunque Biden enfrente esa polarización ideológico-política que señalaba, creo que estamos frente a un estadista y a un político de carrera que ha sabido manejar muy bien diferentes procesos, y que además ha estado detrás del poder y sabe claramente cómo recomponer democráticamente al país. Sus declaraciones incluso en la asonada perpetrada por seguidores de Trump en el Capitolio fueron muy bien manejadas y en vez de llamar a mayor polarización y a un cierre violento frente a este tipo de extremistas, lo que ha llamado es a la concertación y ese seguramente va a ser el leit motiv de su gobierno”.Desde el Congreso critican al embajador en los EE. UU.

El senador Iván Cepeda, del Polo, quien citó hace un par de meses un debate de control político por la supuesta injerencia de funcionarios diplomáticos en la campaña de Washington, le dijo a este diario que “se hizo evidente una injerencia, una intromisión burda de dirigentes del Centro Democrático, e incluso yo cuestioné la propia actuación del embajador de Colombia en Washington, Francisco Santos, con relación a al campaña de reelección de Donald Trump y de otros candidatos y candidatas del Partido Republicano, especialmente en el estado de La Florida.

Esa intromisión no ha pasado desapercibida. Por supuesto ha generado un inmenso malestar en el Partido Demócrata y en sus líderes e incluso en la nueva administración. Y a partir del 20 de enero vamos a ver las consecuencias que ha tenido esa actuación grosera, irresponsable y violadora de principios internacionales de autonomía de los pueblos en la que ha incurrido el gobierno de Duque y también el uribismo en cabeza de su máximo líder”.

Por su parte, el internacionalista David Castrillón, sobre un eventual cambio de diplomáticos en Washington, señala que “el cambio de embajador es una opción en el sentido que en este nuevo gobierno puede haber personas que con mayor facilidad se puedan comunicar con la administración de Biden, pero al corto plazo es útil para el Gobierno tener cierta continuidad en la Embajada, sobre todo en estos meses iniciales donde la administración Biden está en transición, y si se fuera a dar un cambio podría dejarnos ciegos. Pero puede ser estratégico elegir una persona más ajustada al gobierno azul (demócrata) en el ejecutivo y legislativo”.El Gobierno ha defendido la relación bipartidista con EE. UU. y el CD la libertad de expresión

Aunque la Cancillería le dijo a este diario que no se pronunciaría ante lo dicho por Manat, a principios de noviembre pasado el presidente Iván Duque afirmó que “lo que más nos debe interesar a todos los colombianos es que esa relación bipartidista, bicameral e histórica se mantenga firme y sólida, por el interés de Colombia, y estoy seguro que con el presidente Biden así será”.

Entre tanto, a mediados de noviembre John Rendón, el contratista estadounidense con el que es señalado el embajador en ese país, Francisco ‘Pacho’ Santos de haberse reunido para apoyar la campaña de Trump, indicó que “el mayor interés para Colombia y para el mundo es mantener las buenas relaciones del país con Estados Unidos”.

La declaración se produjo luego de que el embajador anunciara una demanda por injuria y calumnia contra el expresidente Juan Manuel Santos, luego de que este denunciara las reuniones del funcionario diplomático con el contratista para respaldar la campaña de Trump.

De otro lado, desde el 26 de octubre el embajador de Estados Unidos en Bogotá, Philip Goldberg, había ‘trinado’ en la cuenta de la Embajada: “El éxito de relaciones entre EE. UU. y Colombia a lo largo de muchos años ha sido basado en apoyo bipartidario. Insto a todos los políticos colombianos evitar involucrarse en las elecciones estadounidenses”.

El pasado 6 de enero, día del asalto de los seguidores de Trump al Capitolio, el representante de los colombianos en el exterior, Juan David Vélez, del Centro Democrático, ‘trinó’ en respuesta a críticas que le hacían: “(…) Yo voté por Trump, pues creo en las políticas públicas republicanas. Repudio la violencia del día de hoy y no las justifico”. 

En su momento, la senadora uribista María Fernanda Cabal dijo: “No entiendo el temor que se ha suscitado en los activistas demócratas y senadores frente a que tengamos una opinión”.

El senador Carlos Felipe Mejía, a su vez, salió en defensa de la libertad de expresión de Trump ante la decisión de Twitter de suspender su cuenta: “Algo muy grave está pasando cuando el dictador y aniquilador de Venezuela, @NicolasMaduro, puede tener redes sociales y @realDonaldTrump las tiene suspendidas”.

También el expresidente Álvaro Uribe ‘trinó’: “La libertad de expresión ha sido una gran conquista del Estado Democrático, preocupa que los gigantes tecnológicos impongan retrocesos”.

Por: El Heraldo

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