Economía de la Atención

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Por Pilar Ibañez – La República

¿Qué es la economía de la atención? ¿Te ha sucedido que estás trabajando o te acabas de levantar, de pronto suena una notificación del celular y quedas allí enganchado durante 40 minutos o más? Seguro que no estabas leyendo algo fundamental de la vida sino más bien información que es muchas veces innecesaria. Las plataformas digitales tienen la capacidad de dejarnos enganchados durante un largo tiempo debido a su modelo de captura de la atención. A esto se le conoce como “Economía de la atención”. Michael Goldhaber señaló que “si la economía es el estudio de cómo la sociedad utiliza los recursos escasos”, pues la atención es un recurso escaso al estar enmarcado en un espectro de tiempo limitado de 24 horas al día más la capacidad que cada persona tiene para mantener su enfoque en lo que está observando o percibiendo. La información consume nuestra atención convirtiendo esta en un recurso escaso.

En la actualidad todas las compañías compiten por nuestra atención, ya que a mayor tiempo que permanezcamos en su plataforma, hay mayor probabilidad de que veamos los productos y servicios que están siendo publicitados. Atención es igual a ganar. Al convertir la utilización de la plataforma en un hábito más, hay posibilidad de que consumas el contenido. Esta es la razón por la que la mayoría de las plataformas tienen una opción conocida como “autoplay” en la que una vez que el video o el capítulo de la serie finaliza continua el otro en cuestión de segundos, también conocido como “scroll”, en el que puedes seguir cargando y deslizando para seguir viendo fotos y contenidos sin fin.

Detrás de esto hay un sinnúmero de estudios psicológicos que atienden al color, forma y formato y que generan en el cerebro el deseo de consumir más y más información para que se produzca uno de los químicos que da la sensación de felicidad, “la dopamina”. Un “me gusta”, o “like”, genera dopamina; una foto de un lugar al que se desea ir de vacaciones, genera dopamina; una foto de una persona que gusta, genera dopamina. Este modelo, y la forma en la que se utiliza por los consumidores, lleva a que millones de personas llenen vacíos, o satisfagan necesidad cuando en realidad es el consumo de la información de forma inconsciente al estar en “piloto automático”.

Un estudio realizado por Gloria Mark de UC Irvine señala que cada vez que nos distraemos, nos cuesta 23 minutos volver a enfocar la mente en la labor en la que nos encontrábamos antes de la interrupción. Miramos el celular más de 200 veces al día, es decir, más o menos cada 4,3 minutos.
El tema a reflexionar es que la mayoría de las personas están consumiendo información de forma desenfocada, generando altos niveles de improductividad y pérdida de autoestima, al no poder cumplir metas y sueños por la cantidad de distracciones existentes.

Es necesario valorar el tiempo, es decir, nuestra atención. Si nuestra atención es un “commodity”, pues que valga la pena a quién o qué se la damos. A veces se nos olvida que tenemos los días, minutos y horas contadas en la vida, y que nuestra vida vale mucho. En ese sentido, si la economía y las empresas van a competir por nuestra atención, que valga la pena la información que comparten con nosotros. Pero esto solo es posible en la medida en la que seamos consumidores conscientes y responsables al decidir dónde, cuándo, para qué, por qué y a quién le damos nuestro preciado tiempo. Para que no suceda como bien dice Aldous Huxley, “un mundo en el que ves de todo, pero no haces nada”.

Por Pilar Ibañez – La República

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