El camino al infierno está lleno de «bien-pensantes»

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Por Cristina Isaza – ifnoticia.com

BIEN-PENSANTES: Personas que, escondidas tras citas filosóficas, el uso de un lenguaje almibarado con ínfulas de intelectualidad y la promoción de «buenas intenciones» se sienten arropadas por un manto de superioridad moral que les permite imponer a los demás, usando armas como la cancelación, las peores ideas por el simple hecho de que es lo que «se ve bien», apelando más al sentimentalismo e instinto primario que al razonamiento crítico, los hechos y los datos.

Son las personas que bajo la dictadura de lo «políticamente correcto» terminan imponiendo o facilitando la llegada de las doctrinas más dañinas para una sociedad, mientras ellos mismos se sienten como espíritus nobles a los que todo mal resultado se les debería perdonar porque al fin y al cabo querían solucionar una injusticia o fueron asaltados en su buena fe y supuestamente no esperaban el resultado nefasto que ya se sabía se podía obtener al implementar pésimas ideas.

Personas que no toman posición en momentos determinantes o que se hacen del lado que les brinda beneficios, aun cuando esto signifique el detrimento de todos los demás. Bajo la excusa de las buenas intenciones se hacen elegir para luego ser ellos y su séquito de áulicos los únicos beneficiados. La arrogancia y la ambición son rasgos comunes bajo la careta del líder «bien pensante».

Hoy Colombia está en peligro de elegir un modelo nefasto y ante este evidente riesgo no es responsable asumir posturas simbólicas como el voto en blanco o aliarse a la campaña de la tramoya, argumentando que las propuestas adversas han sido discutidas y mitigadas, cuando conocemos que es una campaña que no tiene problema en prometer para luego no cumplir y se conoce la baja calidad personal de quienes participan ella, comenzando por su líder.

Hay dos personajes que bien podrían ayudar a cambiar el rumbo electoral para que Colombia no caiga en un modelo totalitario, pero uno se decanta por el voto facilista de no tomar partido, votar por el simbolismo y el otro corrió a los brazos de la campaña totalitaria, tal vez para no quedarse por fuera de lo que sabe, será la imposición del Estado fascista donde estará «todo dentro del Estado, nada fuera del Estado».

Al momento y sin avistar cambios de opinión, me atrevo a escribir lo que pienso de estas dos personas, ambos paisas, que hoy están cumpliendo un papel tan siniestro para nuestro país como el que cumplen los aliados del Pacto Histórico.

Alejandro Gaviria: La decisión de sumarse a esa campaña nefasta y no retractarse, a pesar de todo lo revelado, lo deja como el destape de uno de los mayores fraudes intelectuales y maquiavélicos que haya presenciado en mi vida. Me recuerda bastante a lo que hizo su ex jefe Juan Manuel Santos. Al parecer, es la forma de actuar convencional en ese círculo, en los que pregonan unos principios y luego no tienen problema en traicionarlos para lograr sus objetivos. Ya en su artículo para el Financial Times, en el que expuso que el país exigía un cambio y que lo mejor podría ser una «explosión controlada», se develó para muchos el apoyo que daba a la campaña de Petro, mientras posaba de aliado de Fajardo. Razón tuvo Jorge Robledo cuando declaró simplemente «Alejandro Gaviria es una mala persona».

«Fraude intelectual» creo que es lo mínimo que se le puede decir a una persona que conociendo y entendiendo las consecuencias y despropósitos de las propuestas del candidato populista engaña incautos, decide apoyarlo. Yo me pregunto ¿es su verdadera esencia? O ¿es tanto su afán de poder?

Alejandro Gaviria aterriza con su refinado léxico y tufillo de intelectual a la campaña en la que:

  • ¡TODO VALE! En la que «se corre la línea ética», en la que no dudaron en atacarlo y tratarlo mal, en la que «fabrican contradicciones» y fake news para desprestigiar al contrario. En la que incumplen cada uno de los 7 puntos del manifiesto que ellos mismos crearon, titulado: «Por una Campaña Limpia». Alejandro Gaviria con su permanencia legitima el sicariato digital y moral usado en esta campaña.
  • Se revictimiza y ataca constantemente a una familia víctima del atroz delito del secuestro y desaparición forzada.
  • Se persigue a los detractores, en la que de ser elegido seguramente borrará la libertad de prensa. Una campaña que no acepta perder (claro que en esto tiene experiencia, como cuando no se aceptó el resultado democrático del NO), que extorsiona con una Primera Línea y un «Estallido Social» (eufemismo para vandalismo, atentados, bloqueos). En la que se instrumentaliza a los jóvenes.
  • Se pretende vender como el cambio y es apoyada por Benedetti, Roy, Samper, Piedad (la mercader de secuestrados), Cepeda, entre muchas otras rancias figuras de la política. También es apoyada por el partido Comunes, conformado por algunos de los peores terroristas que hemos padecido en el país, que no tienen ningún respeto por la vida y que gracias al gobierno Santos les fue «lavada la cara». Además, hace solo seis meses en entrevista con El Colombiano, Gaviria reconocía que Petro era sin lugar a duda un cambio para empeorar. Hoy miente sin sonrojarse al decir que Petro representa el cambio responsable.
  • Están las propuestas más dañinas para la economía de nuestro país, generando déficit fiscal e inflación, como la pretensión de confiscar las pensiones privadas, imponer mayores impuestos a las empresas, acabar de tajo con la exploración petrolera, dejar de vender carbón a Alemania para que lo compre el Estado colombiano, hacer un tren elevado que costaría la módica suma de 40 veces la reforma tributaria por la que incendiaron el país hace un año, etc. …
  • Se usan eufemismos: Alejandro Gaviria apoya un programa de gobierno en el que aparece repetidamente la palabra DEMOCRATIZAR: Democratizar el espacio, la tierra fértil, el espacio urbano, el espacio virtual, el saber, etc… Pero muchos están tranquilos por la voluntad de no expropiación que firmó el candidato en notaría, en un acto circense.
  • Se busca pactar con los peores delincuentes ofreciéndoles NO EXTRADICIÓN a cambio de votos.
  •  Tiene apoyo de todo tipo de grupos al margen de la ley: ELN, Clan del Golfo, «Disidencias» FARC, etc. … amenazan a las poblaciones de zonas vulnerables afectadas por el conflicto para que voten por el candidato del Pacto HistóricoEsta semana fue silenciada la voz del líder indígena Misak, Jesús Antonio Montaño… ninguno de los «Bien Pensantes» se ha pronunciado en rechazo. Claro que en el fortalecimiento de estos grupos ilegales, Alejandro Gaviria tuvo un papel determinante cuando en el año 2015 solicitó que se dejara de fumigar, aplicando «el principio de precaución», porque un estudio de la OMS indicó que el glifosato es «probablemente cancerígeno». Gracias a esto, pasamos de menos de 60 mil hectáreas sembradas de Coca en 2010 a casi 300 mil hoy, lo que ha derivado en más violencia, más ajustes de cuentas, mayor empoderamiento de grupos armados ilegales, más microtráfico, incluso en zonas sanas como el Sur Oeste antioqueño… el microtráfico está dañando a la juventud. Gaviria expuso que el debate sobre el glifosato no es académico, sino ético… ¿La ética de la violencia, del dinero sucio, de envenenar las mentes jóvenes?

Sergio Fajardo: El arrogante Irresponsable. Su orgullo no le permite tomar la decisión solidaria por el país, aun conociendo todo lo descrito anteriormente. No es hora de simbolismos, él sabe muy bien que el voto en blanco no es una opción legítima en esta segunda vuelta, pues no tiene efectos jurídicos. Hay que elegir Sí o Sí entre el candidato del Pacto y Hernández, no hay más opciones. Fajardo sabe que la campaña sucia del desprestigio viene por el candidato del Pacto y aún así no da su respaldo irrestricto a la campaña de Hernández, la única opción para detener al tirano. Llegó a exigir para dar su apoyo, en un momento en el que el país necesita decisiones desprovistas de intereses y cálculos políticos. Se queda en blanco, tibio y simplón. Sólo es decidido cuando puede pavonear su ego, ahora sostenido en menos de 1 millón de votos, que, aunque pocos, son decisivos para el destino de nuestra democracia. El voto en blanco hoy sirve al Pacto, de esta forma Fajardo ayuda a que se instale en la Casa de Nariño la campaña sucia que se dedicó a matonearlo, la campaña peligrosa que lo ha querido envolver en líos jurídicos con Hidroituango.

No tuvo la estatura política para respaldar sin condición la opción viable. A Fajardo le hieren el ego, entonces el hiere nuestra democracia… Si no es conmigo, bajo mis condiciones, entonces ¡vámonos al infierno!

Por eso, solo agradecimiento a dos excelentes personas como Fico y Lara, a quienes apoyé y les di mi voto en la primera vuelta: sin titubear respaldaron la campaña de Hernández: ¡hay grandeza en su corazón! También a Enrique Gómez Martínez a quien admiro y con quien comparto muchas de sus ideas y a Jhon Milton Rodríguez, persona que aunque no conocía me dejó una buena imagen de su ejercicio político: todos ustedes nos demostraron con el ejemplo lo que es defender la democracia y la libertad, no dudaron en ponerse al lado de Colombia sin esperar a cambio favores particulares o que los atendieran con alfombra roja. ¡Líderes como ustedes son los que necesita el país! ¡Gracias!

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