EL PODER DE LA MÚSICA

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La música nos puede alegrar, sacar penas, o expresar nuestros más íntimos sentimientos, al tímido le permite decir lo que no puede con palabras y al hablador lo deja expresarse con movimiento. 

Por: Iván Cancino G. – El Heraldo

El poder que tiene la música  sobre la sociedad es poderoso, diría que tiene la capacidad de perfilar sociedades, de generar alegría, de dar identidad a las regiones, no me imagino los Llanos Orientales sin la música llanera, Boyacá sin la carranga, Valledupar sin el vallenato, Sucre y Córdoba sin el porro, Cartagena sin la champeta y Barranquilla sin la cumbia, por ejemplo.

El género musical ya nos da un imaginario de lugar y sus paisajes, además de darnos la idea de la personalidad de su gente y esto mismo ocurre en todo el país. 
Colombia es un país musical y por eso somos reconocidos en el exterior, así es como nunca antes en la historia de los Grammy tantos grupos colombianos habían estado nominados al premio. Somos diversos, los ritmos abundan y colorean los ambientes. 

En la música de cada región se puede conocer su gente, su geografía, sus historias,  por ejemplo al escuchar La piragua de José Barros, se aprende sobre el comercio que existió entre el Banco y la Dorada  y la mercancía que se movía por el río Magdalena en el 68; la historia de La gota fría, en la que más que ser un duelo entre dos verseadores, Emiliano Zuleta narra este castigo que se hizo en una cárcel en Tunja; en el caso del Convite de los animales de Jorge Veloza cuenta cómo se comportan los animales del campo  de forma picaresca.  

Somos diversos desde nuestras regiones, desde nuestras familias. La suma de nuestras diferencias hace lo que hoy es Colombia, por eso amo a mi país, y amo y respeto cada una de sus sonidos. 

La música nos puede alegrar, sacar penas, o expresar nuestros más íntimos sentimientos, al tímido le permite decir lo que no puede con palabras y al hablador lo deja expresarse con movimiento. 

Los géneros musicales  de cada región, como la música en general, tienen el poder de transformar los espacios, es impresionante, si en una tienda retumba los tangos, la música de despecho, la carranga, un joropo o vallenato, eso le da una personalidad especial. La personalidad de los lugares como bares, tiendas, hoteles, restaurantes, depende de la música que colocan. 

Toda esta reflexión me lleva a preguntar, ¿qué pasaría si la música clásica tuviera letras de reguetón? Creo que las letras rallarían mucho más de lo que lo hacen hoy en día, es así como creo que hasta las letras de las canciones deben estar acorde con los ritmos que las acompañan. 

Y en ese sentido, quizá las letras deberían comenzar a ser más propositivas, menos agresivas o sexuales para no solo crear ambientes si no convertirse en herramientas de desarrollo social, así como hoy en día fortalecen la cultura. 

La música ha traspasado fronteras y debo admitir que cada lugar de Colombia que he recorrido lo he disfrutado gracias a la música que ha acompañado mis viajes, pues le ha dado características al territorio.

Colombia no sería lo mismo sin su música, pero ojalá fuera usada como una herramienta de promoción cultural, como ha sido reconocida a través de la historia, que la picardía de las regiones no se dejarán permear por las influencias de las letras del reguetón. 

Sigamos explotando el poder de la música y aprovechémoslo para construir cultura.

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