José Antonio Ocampo, arranca el 2023 como el gran insubordinado del gobierno

¿Busca que el Presidente lo bote? ¿Está ya cansado del puesto? ¿O libra una batalla personal? En cualquier caso, el ministro de Hacienda hace lo que muy pocos se atreverán jamás: llevarle la contraria a su jefe, hacerle sombra a su amo, despertar inseguridad en sus superiores, inspirar incomodidad entre quienes están jerárquicamente por encima de él.

Regla número uno del poder que José Antonio Ocampo transgrede en los albores del 2023. Basta con mirar sus declaraciones de los últimos días: Colombia seguirá exportando petróleo a manos llenas, la transición energética durará 15 años, podríamos volvernos exportadores de gas, los fondos de pensiones no desaparecerán, el presidente de Colpensiones no tiene por qué entrometerse en el uso del dinero pensional, nadie puede destinar los ahorros pensionales a financiar obras como el tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla, la volatilidad del dólar obedece también a declaraciones desde el Gobierno.

Todo lo mejor que hay en este hombre contradice al Presidente, desmiente al resto del gabinete, vulnera las promesas de campaña, atormenta a los ministros de otros ramos, derrumba falsas expectativas, derrota propuestas populistas, menosprecia a politiqueros, desenmascara oportunistas que manipulan a la opinión pública.

La moderación, la prudencia, el buen juicio, la capacidad para diferenciar lo faraónico de lo aterrizado, el conocimiento a fondo de las finanzas del Estado, el entendimiento de cálculos actuariales en salud y pensiones, la capacidad de discernimiento entre lo divino y lo humano hacen de José Antonio Ocampo el gran rebelde del gabinete y el mayor insubordinado del primer gobierno de izquierda de los colombianos.

Y también el que mayores logros ha conseguido durante escasos cuatro meses en el cargo: una reforma tributaria histórica de 20 billones de pesos al año, la disminución del déficit fiscal al 5,5 por ciento este año, la ratificación de la perspectiva estable para el país por parte de las calificadoras de riesgo. Y muy posiblemente logrará un aterrizaje suave para la economía en medio de un año que será globalmente volátil, malo y violento.

¿Hasta cuándo se quedará Ocampo? ¿Hasta cuándo se lo permitirá el Presidente?

Por eltiempo.com – Paola Osorio – En Twitter: @PaolaOchoaAmaya