En homenaje a policías, Petro calló, pero un padre repitió pregunta: “¿Este es el cambio?”

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El presidente estuvo en Neiva junto con el ministro de Defensa y altos mandos militares y de Policía, pero no se pronunció sobre la masacre.

Después de visitar a Buenaventura, en donde dijo, ante la ola de violencia que golpea a ese puerto sobre el Pacífico, que es una “pendejada [que] un negro [esté] matando a otro negro”, el presidente Gustavo Petro se dirigió a Neiva para asistir a las honras fúnebres de cinco de los siete policías asesinados en el corregimiento San Luis, jurisdicción de la capital del Huila.

Los uniformados fueron masacrados por las disidencias de las Farc cuando regresaban de Neiva, después de participar en una actividad social, a San Luis, para seguir prestando su servicio a la comunidad. El ataque fue tan feroz que solo uno de los policías sobrevivió.

Después de que las autoridades forenses entregaran los cuerpos, cinco de ellos (Luis Alberto Sabí, John Freddy Bautista, Wilson Jaír Cuéllar, Cristian Ricardo Cubillos y Duberney Carreño) fueron trasladados a Neiva, en cuya catedral, la Inmaculada Concepción, se les rindió un homenaje.

En la ceremonia estuvieron, además de las familias y la comunidad, el presidente Petro; el ministro de Defensa, Iván Velásquez; el comandante de las Fuerzas Militares, general Hélder Fernán Giraldo Bonilla; el director de la Policía, general Henry Sanabria, y otros altos mandos militares y de policía.

Petro guardó respetuoso silencio y no se pronunció ni concedió entrevistas, como es habitual en estos desplazamientos a las regiones, a los medios locales. Aseguró que solo asistía a un acto de acompañamiento a las familias de los uniformados.

Sin embargo, los familiares de los uniformados asesinados sí hablaron. Uno de ellos fue Luis Alberto Sabi, padre del patrullero Luis Alberto Sabi Gutiérrez, que volvió a plantearle al mandatario la misma pregunta que le formuló después de enterarse de la muerte de su hijo.

“Presidente, usted lo dijo muy bien en su posesión: ¿este es el cambio que necesita Colombia?”, dijo el padre del uniformado. “¿Esto es lo que nosotros tenemos? Ojalá, Dios quiera, sea la última escena de violencia que vivamos aquí en Colombia”.

“Murió con las botas puestas, con su uniforme. Para uno como padre de familia es muy duro despedir a un hijo en estas circunstancias”, agregó Sabi. “La sangre que derramó mi hijo y que derramaron los demás agentes de la Policía, por favor, que esto no quede impune”.Publicidad

Agregó que precisamente es eso lo que les pide a las autoridades, al mismo presidente. “Si es posible, voy a hablar con el mismo presidente para que esto no quede impune. La muerte de mi hijo no puede quedar impune”.

Después de este homenaje, los cuerpos de los cinco uniformados fueron entregados a sus familiares, que les harán las exequias este miércoles.

Por pulzo.com

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