Los seis rituales funerarios más ‘extraños’ y únicos de todo el mundo

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En Asía, cuna de grandes tradiciones filosóficas, hay abundancia de ritos simbólicos.

Tras miles de años de debates filosóficos sobre la separación del alma y el cuerpo, todavía no hay respuestas claras.

En medio de esa incertidumbre histórica, cientos de culturas a lo largo del mundo han desarrollado sus propias creencias sobre esa disyuntiva existencial que cobra mayor relevancia en el momento de la muerte.

¿Existe la reencarnación? ¿Todas las almas van al cielo? ¿Qué pasa espiritualmente con el cuerpo cuando alguien fallece?

Preguntas que, en definitiva, no tienen una única respuesta.

Ante esa sin salida, varias poblaciones desperdigadas por el mundo han establecido sus propias formas de dar el ‘último adiós’ a sus difuntos.

Para que conozca costumbres que a lo mejor están fuera de su realidad cercana, aquí le presentamos seis de los rituales funerarios más ‘insólitos’ del mundo.

De entrada, una conclusión directa: aunque la ‘llegada al mundo’ es la misma para todas las personas, parece que la ‘despedida’ no lo es tanto.

El entierro celestial - Asia

A lo largo de la milenaria tradición cultural del sudeste asiático, han surgido varios rituales funerarios que expresan la riqueza mística que esconde su vasto terreno.

En algunas regiones del sur de China, donde existen renuentes del budismo tántrico, históricamente acogido en el suelo de la zona del Tibet, suele presentarse el popular ‘Bya gtor’, también llamado entierro celestial.

En esa práctica, inspirada en la idea de la reencarnación de las almas que profesa el budismo, las personas llevan los restos de sus seres queridos a las montañas más altas para que algunos animales carroñeros los devoren.

La idea tiene un doble simbolismo: el alma queda en ‘libertad’ del envoltorio carnal mientras los otros seres sacan provecho del cadáver para sus propias vidas.

Ataúdes de fantasía - Ghana

La construcción de ataúdes conmemorativos se ha desarrollado desde el siglo XX en la región Gran Acra, de Ghana.Foto:

En el sur de Ghana, en el oeste del continente africano, la muerte es cuestión de estilo.

Según las costumbres de la población vernácula, la vida continúa en ‘otro mundo’ con condiciones muy similares a las que se llevó a cabo en este plano.

Los fallecidos adquieren tal relevancia que sus seres queridos suelen hacer todo lo posible para venerar su paso por estas latitudes.

Durante ese ‘proceso’ los ataúdes cobran mucha importancia pues se convierten en el reflejo de lo que fue la vida de la persona.

Por tal razón, los diseños de los féretros suelen ser figuras que representan el trabajo o el mayor gusto que tuvo el difunto.

Las formas de animales, por la tradición de los clanes locales, suelen ser de las más apetecidas por los líderes de dichos pueblos.Las tradiciones hinduistas en Varanasi

Varanasi - India

La ciudad de Varanasi es una de las ciudades sagradas del hinduismo.

Durante la época más reacia del covid-19 en India, las imágenes de decenas de cadáveres flotando por el Río Ganges impactaron al resto del mundo.

Lo llamativo es que, como demuestra la ciudad de Varanasi, a orillas del sagrado afluente nacional, eso no es tan ‘extraño’ para los habitantes locales.

En ese municipio, marcado a nivel histórico por su importancia en el desarrollo de la filosofía del hinduismo, se suele llevar al pie de la letra cada pilar del ‘sanatana dharma’, la ‘religión eterna’.

En ese sentido, la idea de la reencarnación de las almas lleva a que la muerte sea el epicentro de varios rituales de quienes buscan la liberación o el ‘moksha’.

Para hacerlo, muchos hinduistas hacen desfilar a los cadáveres de sus difuntos con prendas de colores simbólicos. Después los despojan para bañar los restos con agua del Ganges.

El cadáver cierra el ritual siendo incinerado en las reconocidas piras funerarias.

Las torres del silencio - Zoroastrismo

Se dice que el zoroastrismo fue uno de los primeros credos ‘monoteístas’ del mundo.

En esa misma región del sudeste asiático, sobre todo en países como India e Irán, la peculiar religión del zoroastrismo tuvo una gran acogida.

Dentro de ese culto al legado del profeta Zarathustra, el rito funerario suele tener un simbolismo trascendental.

Con base en el dogma, los cadáveres humanos no tienen ningún valor. Por el contrario: suelen verse como muestras de ‘impureza’.

En ese sentido, la idea es que cuando muere una persona su cuerpo no dure mucho tiempo ‘habitando’ la tierra. Los restos suelen ser llevados a una especie de torre construida de arena desértica donde se dejan ‘a la intemperie’ para que los buitres los devoren.

El cuerpo queda marginado de los seres vivos que podrían ‘contaminarse’ con su impureza. El regreso de la muerte

La ‘famadihana’, también conocida como el ‘regreso a la muerte’ o ‘el giro de los huesos’

El ánimo alrededor de esta conmemoración fúnebre busca ‘empujar’ a los difuntos hacia la otra vida.

En Madagascar, a más de 13.000 kilómetros de Colombia, el pueblo merina, etnia predominante en ese país africano, ha desarrollado un peculiar rito funerario que tiene en la música un acompañante fundamental.

La ‘famadihana’, también conocida como el ‘regreso a la muerte’ o ‘el giro de los huesos’, consiste en que las personas extraigan de las tumbas los cadáveres de sus seres queridos, los limpien y los envuelvan en mortajas nuevas.

Tras ello comienza una singular procesión alrededor de las lápidas con música en vivo y la presencia de los seres queridos de los difuntos.

El simbolismo radica en que, mediante este ritual, los espíritus de los fallecidos pueden dejar su conexión terrenal y ‘reunirse’ con sus antepasados en ‘la otra vida’.

Este singular ‘giro de los huesos’ se realiza con regularidad cada 4 o 5 años.

Roca empinada

En Filipinas, debido a su pluralidad histórica, existen varios rituales funerarios ‘peculiares’.

En Filipinas, a pesar de la predominancia de la religión cristiana, los pueblos originarios conservan viejas tradiciones un poco ‘dispares’ a la tradición imperante.

Allí, en medio de personas que suelen vestir a los niños de rojo para ‘alejar a los fantasmas’ en los funerales, los ataúdes colgantes son una práctica común.

En Sagada, pueblo ubicado sobre las altas montañas de la isla de Luzón, se suelen colgar los ataúdes en la roca empinada de ‘Echo Valley’.

El simbolismo detrás de esa práctica radica en ‘acercar las almas de los muertos al cielo’.

La ecuación es sencilla: cuánto más alto se eleve, más cerca estará del cielo.

Esa proximidad celestial, como en el cristianismo, podría representar la ‘salvación’.

Por: El Tiempo – Fotos: iStock

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