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Medellín sobre rieles

«Se puede decir sin exageración, que existe una Antioquia anterior y otra posterior al ferrocarril. Sólo el tren pudo unir nuestras montañas indómitas y sólo él nos encarriló, valga la expresión, por el camino de la industrialización… Las carreteras secundarias no iban a parara Medellín, sino a la estación del tren, porque realmente éste era el que unía nuestro departamento». Belisario Betancur.

Los rieles, también llamados carrileras, han sido la base del desarrollo de Antioquia, ellos han integrado territorios y poblaciones, y marcaron la conectividad del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y el departamento con el país. El transporte sobre rieles fue inteligentemente concebido, no sólo como un medio de conexión regional, sino como un sistema de transporte interno que
permitía integrar diversos territorios a partir de estaciones como: Villa, Bosque, Acevedo, Aguacatala y Poblado.

El primer tranvía de Medellín se inauguró el 23 de enero de 1887. Los coches eran tirados por mulas y rodaban sobre rieles: un “tranvía de sangre” que circulaba entre el centro de la ciudad y El Edén, hoy Jardín Botánico, siguiendo el trazado de la carrera Carabobo denominada anteriormente El Carretero Posteriormente, la llegada del Ferrocarril de Antioquia a Medellín en 1914 desde la estación Santiago (Boca del Túnel), y la posterior integración de la vía férrea con la estación El Limón a través del Túnel de la Quiebra en 1929, marcó un hito en el desarrollo del departamento, no solo porque facilitó el transporte de pasajeros, sino que además permitió la exportación de café, ganado en pie y otros productos agropecuarios, y facilitó la importación de maquinaria industrial, materiales de construcción y otros equipos necesarios para la minería extractiva y el desarrollo de la industria que empezaba a surgir en el departamento.

Además, el denominado Ferrocarril de Amagá cuya estación se encontraba localizada sobre la hoy carrera Bolívar en su cruce con San Juan, y que se extendía inicialmente hasta Bolombolo en 1928 y luego hasta La Pintada en 1933, facilitó el abastecimiento de carbón tanto para alimentar el Ferrocarril como para proporcionar energía a otras industrias locales. En este momento, Antioquia contaba con una conectividad entre los dos mares y un potencial de intercambio comercial con diferentes municipios localizados a lo largo de su recorrido.

Fue el comienzo de los rieles un factor clave en el desarrollo, que se vio fortalecido con la integración del ferrocarril desde Puerto Berrío con aquel de Amagá, integración que posteriormente se vio suspendida a raíz de la pérdida de la banca (Chirapotó) sobre la margen derecha del Río Cauca aguas arriba de La Pintada, y relegada a un segundo plano con la venta del Ferrocarril de Antioquia a la nación en 1961. Los dineros de esta venta fueron la base para la creación de El Instituto para el Desarrollo de Antioquia -IDEA-.

Pero la historia de los rieles apenas comenzaba. En 1921 se inauguró la primera línea del Tranvía Municipal de Medellín que en años subsiguientes contó al menos con una línea adicional por año hasta 1926, y que hizo posible el construir barrios obreros y de clase media en la zona nororiental de la ciudad (Manrique), en la zona occidental (Belén, La América y Robledo), y hacia el sur (El Poblado y Envigado), barrios marcados por una plaza central, una iglesia y una escuela. En ese momento la ciudad contó con una red de transporte sobre rieles que propició un auge de la construcción a partir de urbanizaciones que seguían una trama en retícula a partir de la ciudad central. El tranvía cerró operaciones en 1951, debido, entre otros, a la competencia del transporte público automotor.

Este auge de los rieles se vio alimentado por el denominado Tranvía de Oriente (1925), que partiendo de Palos Verdes en Manrique continuaba hasta Guarne y Marinilla, a pesar de su poca duración, por lo precaria de su construcción -se canceló en 1942-, ya que su tracción se hacía con un motor de gasolina y unos elementales vagones para pasajeros.

Hasta acá la historia de los rieles pareciera haber cumplido su objetivo inicial en la ciudad, pero pronto el proyecto del Metro de Medellín marcó un nuevo hito que nos permitió reafirmar la ciudad metropolitana a partir de 1995 y que con su línea A se extiende desde La Estrella hasta Niquía en Bello, donde se encuentran localizados los antiguos Talleres del Ferrocarril.

Hoy los rieles continúan siendo un factor de desarrollo, primero con el Tranvía de Ayacucho que, conectado con el Metro en la estación San Antonio, se proyecta hasta un poco más arriba de la denominada “Puerta Inglesa”, en Buenos Aires. Por otro lado, los rieles continúan su historia con el proyecto del Metro Ligero de la Avenida 80 entre la estación Metro Aguacatala y la estación Metro Caribe, siguiendo el trazado de la carrera 80.

Esta historia construida hasta hoy ha dejado enseñanzas, especialmente la certeza que de la mano de los rieles siempre hemos contado con un desarrollo ordenado de la ciudad y la región. El próximo paso será el Tren del Río inicialmente con una primera fase entre La Aguacatala y Barbosa, y posteriormente hasta Caldas al sur. Además, otros proyectos previstos en el Plan Maestro del Metro -2019-, entre ellos, la conexión a oriente -Valle de San Nicolás-.

Adicionalmente tenemos la certeza de que, si los rieles, como están proyectados, se prolongan hasta Puerto Berrío, Antioquia contará nuevamente con un sistema sobre rieles que le permitirá conectarse con el país a través del Río Magdalena desde Puerto Berrío hasta la costa Caribe.

Por Luis Fernando Álvarez -Arquitecto

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