Ojo con el “diablo”

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Hace varios años, cuando mis hermanos menores estaban todavía estudiando, los llevé a la finca de Urabá. Ellos eran felices descansando en las hamacas al lado del comedor.
Por la noche al acostarnos les dije:
–Vamos a descolgar las hamacas y las doblamos.
–Pero, ¿para qué, hermano, si mañana las vamos a utilizar?
–En estas tierras, dicen que si se dejan las hamacas colgadas de noche, el diablo se acuesta y duerme en ellas.

Con eso tuvieron para descolgar las hamacas siempre, antes de ir a dormir.
No me gusta dar consejos, para que no me calculen los años, pero el presidente Iván Duque, debería hacer algo para descolgar la hamaca de Bogotá, del gobierno nacional. No se puede desprender al país de la ciudad más importante y sede del gobierno nacional, pero es que la señora alcaldesa se siente con poder suficiente para discutir, criticar y controvertir las decisiones que toma el señor presidente, como si estuviera en igualdad de niveles.

Yo la veo, discutiendo y contradiciendo las medidas que el gobierno nacional decreta por la pandemia del covid-19, las medidas de orden público y las restricciones y protocolos de seguridad, como si Bogotá fuera otro país, y ella fuera otra presidenta.

Ya en Bogotá, llamada en otra época “Atenas de América”, tuvimos un diablo colgado en el Palacio Liévano, cuando Gustavo Petro, “alias Aureliano”, fue alcalde. De ese diablo, nos salvó la Procuraduría, conducida en buena hora por Alejandro Ordóñez.La “señora” Claudia López, con el trato que le ha dado al orden público en Bogotá, con la forma de manejar las relaciones con la Policía Nacional, que en la Capital depende de ella, como alcaldesa, con los desmanes que se presentaron con los vándalos destructores de buses de transmilenio, comercios y Centros de Atención Inmediata de la Policía, con multimillonarias pérdidas, con el mal manejo de la salud en la pandemia, con sus pésimas relaciones con el Concejo Distrital, ha demostrado muy malos resultados como autoridad. El último desplante de la “silla vacía” para el Presidente, como si fuera obligación del primer mandatario asistir personalmente a los actos municipales. La tumbada del POT de Bogotá, preparado por el alcalde Peñaloza, su jefe de Planeación. Todo un desastre para la Capital.
Se me ocurre pensar que el Presidente Duque tiene al diablo en una hamaca.

Ñapa: En Medellín teníamos la esperanza de que nos fuera mejor con Daniel Quintero, porque confiaba en sus buenas intenciones, pero el manejo que le ha dado a sus relaciones con la clase dirigente y el trato con la prensa y sus amenazas con la pauta publicitaria, me llenan de pesimismo. A Juan Manuel Santos le fue muy mal con los consejos de los jaibanaes de la Sierra Nevada, donde invocó a sus ídolos. Ahora publican fotos de Daniel Quintero con brujos indígenas invocando al Caragabí Embera, que Santa Laura había desterrado de estas tierras y me asusto. Espero que sean chismes como la mentira del sindicato de EPM con el gimnasio gerencial.

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