El Vaticano explicará los «nuevos criterios» para comprobar apariciones de la Virgen María y fenómenos sobrenaturales

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El Vaticano alertará de apariciones falsas de la Virgen María a través de un «Observatorio» antifraude

Por: JAVIER MARTÍNEZ-BROCAL – Corresponsal en el Vaticano

El Vaticano ha revisado y actualizado las normas que sigue para comprobar la verosimilitud de supuestas apariciones marianas y fenómenos sobrenaturales, como locuciones místicas, lacrimaciones de imágenes sagradas o éxtasis. Las normas hasta ahora en vigor tienen 45 años, son de 1978, aunque no fueron hechas públicas hasta diciembre de 2011.

La oficina de prensa de la Santa Sede ha convocado una rueda de prensa con inusitado anticipo para dar a conocer las normas. Ésta se celebrará el viernes 17 de mayo. Se trata, según recita el comunicado, de unas «normas del Dicasterio para la Doctrina de la Fe para el discernimiento de las apariciones y otros fenómenos sobrenaturales». La cuestión incluye determinar si el supuesto vidente es un falsario, pero también autorizar las devociones o el culto que derive de la aparición.

Además del prefecto de este dicasterio, Víctor Manuel Fernández, intervendrá la religiosa Daniela Del Gaudio, que dirige el «Observatorio Internacional de Apariciones Marianas y Fenómenos Místicos de la Pontificia Academia Mariana Internacional». Se trata de un organismo informal creado por el Vaticano el año pasado para poder ofrecer una respuesta a las diócesis que soliciten una opinión autorizada sobre eventuales fenómenos sobrenaturales, pues la Santa Sede no suele pronunciarse sobre estos eventos hasta que no han concluido.

Necesitan permiso de su obispo para actuar y deben descartar antes que exista una enfermedad mental
EEl reglamento de 1978 es ya bastante exhaustivo. Probablemente, el nuevo documento mantenga esos criterios tradicionales que ha seguido la Iglesia para juzgar casos de apariciones de la Virgen o otros fenómenos sobrenaturales, pero dé aún mayor responsabilidad a las conferencias episcopales en el estudio de estos casos, de forma que sólo lleguen al Vaticano los que planteen mayores dudas.

En cualquier caso, actualmente el primer responsable de «investigar» unas posibles apariciones es el obispo de la diócesis donde se producen. Éste puede recurrir a la ayuda de la Conferencia Episcopal. El Vaticano interviene si lo solicita el obispo o un «grupo cualificado de fieles».

La sentencia del obispo ante un «fenómeno sobrenatural» puede ser o «constat de supernaturalitate» o «non constat de supernaturalitate», o sea «consta el origen sobrenatural» o «no consta el origen sobrenatural».

Este documento de 1978 señalaba los «criterios negativos» que llevan a sospechar que las apariciones son falsas. Por ejemplo «errores doctrinales que se atribuyen al mismo Dios o a la Santísima Virgen María o a algún santo», «afán evidente de lucro vinculado estrechamente al mismo hecho», «actos gravemente inmorales cometidos por el sujeto o sus seguidores durante el hecho o con ocasión del mismo, «enfermedades psíquicas o tendencias psicopáticas presentes en el sujeto que hayan influido ciertamente en el presunto hecho sobrenatural, psicosis o histeria colectiva, u otras cosas de este género».

También debe considerar «cualidades personales» del vidente o los videntes, como el «equilibrio psíquico, honestidad y rectitud de vida, sinceridad y docilidad habitual hacia la Autoridad eclesiástica, capacidad para retornar a un régimen normal de vida de fe».

Es imprescindible que el mensaje de las apariciones sea doctrinalmente correcto y «se refiere a la revelación, doctrina teológica y espiritual verdadera y libre de error». No se pueden aceptar supuestas apariciones que nieguen verdades de fe o contradigan el Evangelio o el catecismo. También esos fenómenos deben dar lugar a «sana devoción y frutos espirituales abundantes y constantes», como por ejemplo «espíritu de oración, conversiones, testimonios de caridad, etc.».

El obispo debe también decidir si autoriza o no el culto. En caso positivo, lo máximo que suele decretar es un «pro nunc nihil obstare», o sea «por el momento nada obsta». Por si acaso en el futuro hubiera que dar marcha atrás.

Las apariciones de Trevignano (Italia) son falsas
Precisamente en marzo, el obispo Marco Salvi, de la diócesis de Civita Castellana ha emitido un veredicto de «constat de non supernaturalitate» en referencia a unas supuestas lacrimaciones en una estatua de la Virgen y posteriores «apariciones» que atrajeron a miles de personas a Trevignano, cerca del lago de Bracciano. Uno de los devotos lamentó haber entregado a la vidente hasta 123 mil euros.

Más cautela se sigue con las supuestas apariciones de Medjugorje (Bosnia y Herzegovina) que comenzaron en junio de 1981, sobre las que aún la Iglesia católica no se ha manifestado en vía definitiva, dada la complejidad del fenómeno. Aunque no hizo públicas sus conclusiones, una comisión vaticana formada por cardenales, teólogos y expertos, dio credibilidad a las primeras apariciones, pero expresó reservas sobre las demás que se sucedieron y que supuestamente siguen teniendo lugar. El Papa Francisco ha preferido por no pronunciarse explícitamente sobre ellas. Por ahora.

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