La Cuba que Díaz-Canel se resiste a ver

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Las masivas protestas en Cuba parecen estar lejos de ser provocadas por mercenarios estadounidenses, como piensa el gobierno local. ¿Qué fue lo que despertó la ira de los cubanos?

Las manifestaciones en Cuba dejaron decenas de detenidos. Muchos de los problemas actuales de Cuba no tienen que ver con el embargo estadounidense, sino con las malas decisiones gubernamentales. Aun así, el régimen castrista se resiste a ver sus propios errores, o mucho peor que eso: decide esconderlos.

“¿Cómo explicar que circulen medicamentos en Venezuela producidos en Cuba y que esos mismos no aparezcan en ese país? ¿Cómo explicar que durante la pandemia continuara la construcción de hoteles, que están en manos de una empresa creada por los militares, para mantener el control sobre el turismo? ¿Y cómo explicar que los hoteles tengan un total abastecimiento de muchos productos cuando los ciudadanos de a pie tienen que hacer largas colas para adquirir estos productos en una moneda que ni siquiera ganan? Estas son decisiones que nada tienen que ver con el embargo. El mismo Miguel Díaz-Canel usa entonces las sanciones como excusa para justificar la represión”, señala el profesor Sergio Ángel Baquero, del Programa Cuba, un centro de pensamiento de la Universidad Sergio Arboleda.

Para Baquero, el embargo estadounidense ha sido un “comodín” que ha usado el régimen cubano para culpar a un tercero, en este caso Estados Unidos, de sus propias decisiones.

“Por eso soy partidario de eliminar las sanciones, para quitarle ese discurso a la dictadura. El mayor éxito del régimen castrista en el poder ha sido de carácter simbólico, porque ha logrado convertir derrotas en victorias utilizando como un elemento discursivo la narrativa del embargo como una excusa para no reconocer sus propios errores”, dice Baquero.

Pero el régimen cubano ya no está consiguiendo tapar sus pasos en falso con esa excusa. Cuba era desde hace tiempo una olla de presión que terminó estallando el pasado fin de semana con las manifestaciones más grandes en las últimas décadas. Desde el Maleconazo en 1994 no se veía algo de estas características, destacando que lo del domingo fue mucho más amplio y trascendental, si se tiene en cuenta que las manifestaciones no arrancaron en La Habana, sino en San Antonio de los Baños, y se desarrollaron en casi todas las provincias de la isla.

“La manifestación no arrancó el domingo, sino el sábado en redes sociales con el numeral #SOSCuba y #SOSMatanza, que tuvo que ver concretamente con la situación de la pandemia en la provincia de Matanza, donde los registros de casos para algunos estaban subregistrados y de un momento a otro llegaron hasta los 7 mil casos diarios. Esto quiere decir que había un engaño en las cifras o que de un momento a otro se disparó producto de mantener el turismo, sobre todo en Varadero. Esto lo que ocasionó fue un colapso del sistema sanitario por el que empezaron las manifestaciones. Estas tuvieron registro de más de un millón de tuits entre sábado y domingo. Y lo que comenzó en redes sociales, terminó llevando a los cubanos hasta las calles para manifestarse abiertamente”, destaca el profesor Baquero.

Por Camilo Gómez Forero – EE

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