Medellín y Antioquia se pararon de frente ante la toma hostil del petrismo

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Por: política Sucesos Metropolitanos

Los resultados de las elecciones del 29 de octubre, donde el movimiento del próximo alcalde de Medellín, Creemos, y el Centro Democrático lograron obtener las principales posiciones y la mayoría de las curules, son un reflejo claro del sentir ciudadano con relación a un liderazgo retardatario, radicalizado y que ha buscado generar un profundo daño a la región por parte del Presidente Gustavo Petro y sus principales representantes encabezados por el ex alcalde (¿y próximo Ministro?) Daniel Quintero Calle y el ex gobernador Luis Pérez Gutiérrez.

Terminada la euforia del preconteo de votos, los resultados a grandes rasgos son incuestionables y contundentes. Federico Gutiérrez Zuluaga (687.756 votos) le sacó una ventaja siete veces mayor al representante del continuismo quinterista, Juan Carlos Upegui (96.060 votos), con el 73,48% del total de la votación, la más alta en la historia de la ciudad. Igualmente el descontento general de la sociedad con la deficiente gestión del actual gobierno se hizo sentir en el Concejo de Medellín y las Juntas Administradoras Locales (JAL) donde el partido Creemos obtuvo un apoyo arrasador, en el primero, con 223.466 votos, consiguiendo la mayoría de las curules (7 a la fecha), teniendo el resultado más alto igualmente por la lista preferente en cabeza del concejal electo Andrés Felipe Tobón Villada, quien recibió la sorprendente cifra de 43.064 votos. Por otro lado, en las JAL, del mismo modo, obtuvieron la mayoría en todas las comunas y corregimientos con 97.640 votos.

Por el lado del departamento, para la Gobernación de Antioquia el triunfo de la alianza entre el Centro Democrático y Creemos en cabeza del economista y ex alcalde de Rionegro Andrés Julián Rendón con 944.239 votos fue sorprendente. Este fue jalonado principalmente por el Valle de Aburrá, frenando en seco las aspiraciones del reconocido gamonal, y ficha soterrada del petrismo, Luis Pérez Gutiérrez, quien consiguió 597.667 votos, impulsado especialmente por subregiones como Urabá, Nordeste, Occidente, Bajo Cauca y Magdalena Medio. Para la Asamblea, el Centro Democrático se consolida como la principal fuerza política con 408.288 votos, seguido por Creemos con 341.243, por lo que, al igual que en Medellín, para Antioquia Federico Gutiérrez logra una determinante presencia en los principales organismos de decisión.

De este panorama se desprenden tres lecciones fundamentales.

La primera es que Creemos, el nuevo movimiento liderado por el electo alcalde de Medellín Federico Gutiérrez Zuluaga, se convierte en la principal fuerza política del departamento, consiguiendo, con su capacidad propia, un total de 1.350.105 votos, lo que sumado al resultado de Andrés Julián Rendón (el cual gran parte se debió a su alianza con “Fico”), sube a mas de dos millones.

La segunda es el estrepitoso desastre de Daniel Quintero Calle, quien empeñó prácticamente la Alcaldía de Medellín y dejó una ciudad destruida para conseguir un resultado electoral por lo menos decente que le diera influencia a nivel nacional con caras a una candidatura presidencial.  Pues bien, ninguno de sus candidatos consiguió lo que se esperaba a pesar de contar con una millonaria bolsa de recursos, las más cuestionables alianzas políticas y toda la capacidad nacional y local a su servicio.

La tercera es la desaparición política del fajardismo en Antioquia debido a su falta de visión política. Por un lado, uno de sus más destacados líderes, el concejal Daniel Duque, decidió de manera extraña lanzarse a la alcaldía dejando todo lo que había obtenido a un lado en una fugaz carrera que terminó en cenizas y sin la curul del Concejo para el próximo período. Por otro lado, la lista de Renace, donde estaban agrupadas varias destacadas fichas del fajardismo para los espacios de deliberación, no logró pasar el umbral en Concejo y solo obtuvo una curul en la Asamblea, y, finalmente, sus candidatos a la Alcaldía y Gobernación, Juan David Valderrama (primo de Sergio Fajardo) y Jorge Alberto Gómez, consiguieron una pobre votación (por decir lo menos) que sumada no llega ni a diez mil votos. En esto quedó el que fuera uno de los más importantes movimientos de transformación política del primer quindenio del siglo XXI.

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