“Medellin volverá a conectarse con la Confianza”: candidato al Concejo Andres Tobon.

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Entrevistamos al candidato al Concejo Andrés Felipe Tobón Villada:

En el marco de las elecciones regionales de este 29 de octubre, donde los colombianos eligirán a sus alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y edi les, es decir, a las personas que administrarán el destino de 32 departamentos y 1102 municipios en todo el país, pocos lugares tienen hoy la dinámica política y concentran el interés nacional como Medellín. Durante los últimos cuatro años, la ciudad ha vivido un proceso complejo de fragmentación, división y deshacimiento de los más elementales acuerdos para el desarrollo local y regional a los que la sociedad, los gremios, los medios de comunicación, los centros educativos y los diferentes niveles de gobierno habían llegado durante los últimos cuarenta años. Pareciera que una ciudad que ha sido durante décadas ejemplo de pujanza, innovación y desarrollo para el país y la región, se hubiese (o la hubiesen) tranformado en un simple eslabón dentro de la estrategia política que llevó a Gustavo Petro a la presidencia de la república en junio de 2022.

En este contexto polarizado, Sucesos Metropolitanos habló con una de las personas que mayor conocimiento tiene de la ciudad: Andrés Felipe Tobón Villada, quien hoy es candidato al Concejo con el número 2 por la lista del partido Creemos liderado por el ex alcalde, y hoy candidato, Federico Gutiérrez Zuluaga. Este joven a sus 32 años ya tiene un recorrido importante en Medellín y a nivel nacional; estudió Ciencias Políticas en la Universidad EAFIT y tiene una Maestría en Humanidades de la misma institución. Es un apasionado por el estudio profundo de los problemas públicos, autor de varias publicaciones y de un libro (Confianza no es miedo, hacia una comprensión de la sociedad civil y el crimen organizado, ediciones de la U, 2016) que han girado en torno al fortalecimiento institucional para reducir la criminalidad y la construcción de confianza en las comunidades; en Medellín fue Subsecretario de Gobierno Local (2016-2017), Secretario de Seguridad y Convivencia (2017-2019) y a nivel nacional Director del Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior (2021). Tiene en su haber la creación de los programas de prevención de la delincuencia (Pareceros), generación de convivencia (cultura del fútbol) e intervención institucional contra el crimen organizado (estrategia CEFCO-FACON) más ambiciosos de los últimos treinta años en Medellín, consiguiendo el nada despreciable logro de liderar el proceso de incautación de dinero y bienes de mayor embergadura en la historia de la ciudad contra una banda delincuencial en el año 2019, cuando junto con la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, lograron quitarle $400.000 millones a la banda criminal La Terraza.

Andrés, cuéntentenos, ¿para usted cuál es el rol que debe jugar el Concejo de Medellín para los cuatro años que vienen?

Los próximos concejales tienen que devolver a la ciudad la altura técnica que se necesita; que las discusiones sean profundas, que se entienda en serio lo que está sucediendo en las comunidades, cuáles son los problemas estructurales, de fondo y que se generen soluciones reales y viables para que este espacio recupere su dingidad pues lo cierto es que perdió la representattividad y la confianza de la gente.

¿En qué cree que se rajó el Concejo saliente y en qué temas pasó la prueba?

El Concejo saliente, con contadas excepciones, ha sido una total desilución para la ciudad. Le doy un dato: Medellín Cómo Vamos registra la cifra más baja de confianza de esta institución desde que se tiene medida, cerca del 40%, esto está muy por debajo, por supuesto, de las instituciones públicas que históricamente habían sido bien evaluadas en el municipio. Este Concejo casi que ha servido de validador de una alcaldía sobre la cual se escuchan ruidos de corrupción por todos lados, por lo que le digo, rescatar algo bueno es complejo; no obstante, no se puede olvidar que en medio de esa marea, y esa mayoría de personas que pensaron mas en sus bolsillos e intereses que en la ciudad, hubo unos cuantos que fueron capaces de pararse contra el desastre que ha ocurrido y pusieron a la ciudad por encima.

Entendiendo que usted fue Secretario de Seguridad ¿cómo ve la gestión de la seguridad ciudadana para los próximos cuatro años?

Yo también hago parte del comité programático de Creemos, y por supuesto, de la campaña a la alcaldía de Federico Gutiérrez y construimos la propuesta de seguridad para los próximos cuatro años en Medellín que tiene varios componentes: el primero dirigido claramente a la reducción de los delitos de impacto como el hurto – sobre todo en su modalidad de atraco –  y la extorsión, el primero mediante la creación de la central estratégica contra atracos como una apuesta concreta de focalización de este delito y de judicialización de los delincuentes y, segundo, con la creación de burbujas operacionales para afectar a las estructuras dedicadas a la extorsión; igualmente fortaleceremos el programa Parceros, el cual creamos en el 2019 y que ha sido ejemplo para el país en materia de protección de los jóvenes en riesgo de hacer parte de grupos criminales.

Usted ha tocado un tema fundamental, y que le duele a los habitantes de la ciudad, y es la transformación que se está viviendo por cuenta del creciente turismo ¿cómo encauzar este flujo para que se convierta en una oportunidad y no en una pesadilla como algunos la perciben hoy?

El turismo se configura como una de las nuevas vocaciones económicas de Medellín. Pasamos de tener 700.000 turistas, a este año cerrar entre 1,6 y 1,7 millones de personas que nos visitan y, si la tendencia se mantiene, vamos a recibir entre 4 y 5 millones de turistas en los próximos diez años; pero para que esto no se convierta en un problema tenemos que hacerlo bien, tanto en materia de oferta como de conexiones y garantizar que este nuevo ingreso no vaya en detrimento de la ciudad; aquí se trata de entender que existe una necesidad de crear una nueva institucionalidad y mejores canales de articulación con el ecosistema del entretenimiento y el turismo para lograr que a la ciudad esta vocación económica le represente tres elementos fundamentales: ingresos, beneficios y crecimiento.

Hace unos días mencionaba que de ganar Federico, el empalme con la saliente administración sería una auditoría forense ¿qué preocupaciones tiene frente a lo que podrían recibir de ser ganadores?

Efectivamente, los ruidos de corrupción de la actual administración liderada por Daniel Quintero, las diferentes investigaciones en curso en los organismos de control y en la Fiscalía son suficientes como para sospechar y tener presente que tienen que revisarse todos y cada uno de los contratos firmados por esta administración entre 2020 y 2023.  Para eso el empalme tendrá que ser no solo una recepción de documentos sino una auditoría forense concreta que permita la identificación de los escenarios en los cuales justamente se perdió el recurso de Medellín. Esto es un tema de principios, transparencia y respeto por la ciudad.

Por último, usted ha trabajado durante muchos años por un proyecto social basado en la construcción de confianza en los territorios, ¿qué debe hacer Medellín para recuperar la confianza que pareciera tan deterioriada hoy?

La confianza institucional se construye desde la experiencia, y la experiencia tiene una doble naturaleza: consiste en escuchar las expectativas y tener la capacidad de responder con acciones a las mismas. Lo público es justamente esa tarea: la escucha permanente, estar en la calle con la gente, comprendiendo los diferentes escenarios, problemáticas, complejidades y también oportunidades que tiene el territorio y entender que la gente no está esperando que llegue el Estado para resolver todos sus problemas sino que ya trabajan sobre ellos y más bien entender que al Estado le corresponde la pregunta: ¿qué podemos hacer para que las cosas funcionen mejor? Aquí es donde se evidencia la experiencia, pues a partir de ella se logra ejecutar acciones concretas que reflejen las expectativas ciudadanas frente al funcionamiento del Estado.

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