Otra forma de gobernar

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Por: José Manuel Acevedo

Los alcaldes andan en otro rollo: en las calles, resolviendo problemas.

Se cumplen los primeros 100 días de mandato de los alcaldes y gobernadores del país y me da la impresión –la buena impresión– de que mientras los líderes nacionales andan perdiendo el tiempo hablando de constituyente, atacando o defendiéndose, según sea el caso, los dirigentes regionales están, de verdad, con las pilas puestas.

En Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y Cartagena, por nombrar algunas de las ciudades principales, los alcaldes trabajan en consignas comunes y se hablan mucho entre ellos para intercambiar experiencias y generar sinergias interesantes, más allá de una identidad partidista.

Lo primero que tuvieron que hacer fue un corte de cuentas con respecto a las administraciones anteriores. En los casos de Medellín y Cali, se habla de más de 500 hallazgos de presunta corrupción y más de 100 posibles desviaciones de dineros públicos respectivamente. Tanto Fico Gutiérrez como Alejandro Eder formularon las denuncias y ahora la pelota la tienen los organismos de control que deben decirnos cuántos de esos casos, efectivamente, terminaron en irregularidades que ameriten que los exalcaldes Quintero y Ospina le respondan a la justicia. Por lo mismo, otra de las tareas que han enfrentado los mandatarios locales ha tenido que ver con la reconstrucción de confianza, y ese sí que es un propósito titánico.

La meta de poner a creer a la gente que sí se puede generar otra manera de gobernar, con menos carreta y más acciones concretas, la comparten estos alcaldes

La meta de poner a creer a la gente que sí se puede generar otra manera de gobernar, con menos carreta y más acciones concretas, la comparten estos alcaldes

Ya por la herencia de desesperanza que recibieron en sus ciudades o por el ambiente de incertidumbre generalizado que hoy vive Colombia, la meta de poner a creer a la gente que sí se puede generar otra manera de gobernar, con menos carreta y más acciones concretas, la comparten estos alcaldes y, repito, creo genuinamente que lo están haciendo bien. Los acompañé para Noticias RCN en un día de trabajo en sus oficinas naturales –que son las calles y no los palacios municipales– y les pedí que respondieran las preguntas de la gente sobre seguridad, desempleo, obras públicas e inversión social. Aunque llevan tres meses y tanto, los resultados ya comienzan a notarse.

En Bucaramanga, salvo las lesiones personales que muestran una cultura de intolerancia incrustada lamentablemente entre mis paisanos, los otros indicadores de seguridad han dado muestras de mejoría con el alcalde Jaime Andrés Beltrán.

En Cartagena, con una inversión de más de 20.000 millones de pesos del distrito –porque el ministro del Interior no los quiso ayudar–, los visitantes de la ciudad tradicional y los habitantes de la no turística dan fe de que el alcalde Dumek Turbay les está cumpliendo.

En Bogotá hay un alcalde que frentea el cambio climático y el fenómeno de El Niño con liderazgo en acción. Sin creerse el salvador de la Tierra, Carlos Fernando Galán abordó bien el reto de los incendios y ahora toma decisiones que aunque impopulares son responsables frente a la escasez de agua.

En Medellín, Fico está poniendo la casa –que encontró patas arriba– de nuevo en orden, y en Cali, este es el trimestre con menos homicidios en 20 años y lo que ha hecho Alejandro Eder representa el 45 por ciento de la reducción de homicidios que ha tenido el país.

La Barranquilla que gobierna Álex Char, por su parte, es ejemplo de aquello de ‘construir sobre lo construido’ y de la continuidad bien entendida. Se quedaron sin los Juegos Panamericanos y, sin embargo, echan para adelante con la ambición de ser la sede de muchas otras cosas y tienen con qué.

Capítulo aparte merecen los gobernadores del Meta, Santander, Atlántico, Chocó, Valle y Tolima, varias de ellas mujeres berracas, que tampoco están perdiendo el tiempo, viniendo de movimientos políticos diferentes.

Eso significa, andar en otro rollo; en el rollo que es, mejor dicho. Arrancaron bien.

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