“Perdí el ojo, pero no los sueños”

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Relatos de víctimas de lesiones oculares en las protestas

Por lo menos 30 personas han sido agredidas en sus ojos durante las manifestaciones del paro nacional de 2021. Catorce jóvenes que denuncian haber recibido disparos de la Policía y el Esmad en sus rostros hablaron con El Espectador sobre esta práctica, que ha comenzado a ser vista como sistemática en Latinoamérica.

Desde que comenzó el paro nacional, el pasado 28 de abril, la ong Temblores ha registrado 30 víctimas de lesiones oculares por acciones de la Policía. Es decir, manifestantes que habrían recibido impactos de armas “no letales” en su rostro, en algunos casos quedando ciegos de un ojo. Desde el estallido social que tomó las calles de Colombia en noviembre de 2019, interrumpido por la pandemia del COVID-19, pero retomado en septiembre de 2020 y con más fuerza en 2021, esta forma de agresión se ha hecho más evidente. El Espectador habló con 14 víctimas de este tipo de lesiones, que en otros países ya se consideran una forma sistemática de represión.

En el malestar que ha llevado a la gente a las calles se destacan dos ingredientes: el rechazo a las reformas del gobierno de Iván Duque y las constantes denuncias de abuso policial. Solo en estas dos semanas, la Defensoría del Pueblo ha reportado 42 muertos y la Fiscalía investiga si 11 de estos fueron a manos de miembros de la Policía. También hay 16 denuncias de violencia sexual, 870 uniformados lesionados y cientos de civiles desaparecidos. En ese panorama resaltan las lesiones oculares, producidas generalmente por balas de goma o latas de gas lacrimógeno usadas por el Escuadrón Antidisturbios (Esmad) para dispersar a manifestantes.

Pero este tipo de violencia no es exclusiva de Colombia. Entre octubre de 2019 y mayo de 2021, en Chile se cuentan 465 víctimas de trauma ocular. “Ustedes en Colombia tienen 28 agresiones en dos semanas. Son muchos casos y claramente es una forma de represión. En Ecuador, en las protestas de 2019, en diez días hubo 11 lesiones oculares. Son patrones en Latinoamérica y hay que buscar su causa”, dijo a este diario Carlos Margotta, presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, oenegé que data de antes de la dictadura y que reportó estas y otras agresiones de la fuerza pública ante la Corte Penal Internacional en abril de este año.

Varias víctimas de traumas oculares en ese país se unieron bajo la organización Los Ojos de Chile, que brinda asesoría jurídica, médica y psicológica a los afectados.  Su director, Matías Vallejos, le dijo a este diario: “Lo que nosotros hemos constatado es que la gran mayoría, alrededor del 80% de los traumas oculares en Chile, se han dado por escopetas calibre 12 con balas de goma o perdigones, que es el mismo armamento que utiliza el Esmad en Colombia. Y no solamente utilizamos el mismo armamento, compartimos entrenamiento e instrucciones de uso: Carabineros de Chile ha ido a instruirse a Colombia, y viceversa”.

Estudios independientes concluyen que en el país austral las balas que se pensaban de goma solo tienen 20 % de caucho y, en un 80%, plomo y sílice. “Estos patrones represivos se repiten en la región. Basta ver la situación de Perú o Bolivia; sucede por un intercambio entre las Policías de Latinoamérica, que homogeneiza las prácticas, pero también por la historia dictatorial de la región. O, en el caso de Colombia, un conflicto que llevó al Estado a ver enemigos internos. Las Policías deben entender la protesta social como ciudadanos ejerciendo sus derechos, y lastimosamente no han tenido ese cambio cultural, se han quedado atrás”, añadió Vallejos.

El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, ha defendido el accionar de la Policía en este paro. Ha dicho que los casos de agresiones por parte de uniformados son aislados y deben ser investigados y sancionados. “Pero, no es un comportamiento generalizado, no es la instrucción que sea así. La gran preocupación que tenemos, y por lo que deberíamos apostar toda la sociedad, es cómo se protege la seguridad y la vida de todos”, le dijo Molano el fin de semana pasado a El Espectador. No parece haber ánimos en el ejecutivo para una reforma policial de fondo, que es uno de los puntos del pliego del Comité del Paro.

Una iniciativa al respecto languidece mientras tanto en el Congreso. En diciembre de 2019, el senador del Partido Verde Antonio Sanguino radicó un proyecto de ley para desmontar el Esmad. Sin embargo, este fue modificado y terminó siendo una propuesta legislativa para regular su uso de la fuerza. Actualmente, la iniciativa se encuentra en primer debate de la Comisión Segunda, la cual, en lo que va de este año, no se ha reunido ni una vez. El senador Sanguino le dijo a este diario que, si no se cita a discusión antes del 20 de junio de 2021, el proyecto se hundirá sin haberse debatido entre los congresistas por falta de trámite legislativo.

Jóvenes, en su mayoría estudiantes, entre los 20 y los 30 años: ese es el perfil de las víctimas de lesiones oculares que hablaron con El Espectador sobre sus casos, sus procesos de recuperación y las secuelas físicas y emocionales que dejaron, denuncian ellos mismos, los disparos y las armas del Esmad

Por: El Espectador

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