Se perdió una oportunidad crucial en Antioquia

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La idea era que todos los candidatos representantes de la centro-derecha y la derecha se unieran bajo una misma bandera, presentando candidatos únicos para la alcaldía, la gobernación y la mayoría de las alcaldías municipales de Antioquia.

Después de las elecciones que llevaron a Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, se desató una reacción en el departamento de Antioquia que fue ganando impulso con el tiempo. La meta era unificar a todos los antioqueños en un esfuerzo conjunto para derrotar a la dupla Petro-Quintero en las elecciones regionales. La idea era que todos los candidatos representantes de la centro-derecha y la derecha se unieran bajo una misma bandera, presentando candidatos únicos para la alcaldía, la gobernación y la mayoría de las alcaldías municipales de Antioquia.

Para materializar esta ambiciosa iniciativa, empresarios, miembros de la sociedad civil y ciudadanos afiliados a partidos y la mayoría departidos que compartían estas corrientes políticas comenzaron a colaborar de manera ardua. Estoy seguro de que, si hoy se realizara una encuesta en Antioquia, la mayoría de los habitantes expresarían su deseo de haber logrado esta unidad, al igual que se logró la de Federico Gutiérrez como candidato único a la alcaldía de Medellín.

Sin embargo, lamentablemente, esta unidad tan deseada no se concretó para lograr tener candidato único a la Gobernación de Antioquia, debido a una estrategia ingeniosamente planificada por el exsenador Eugenio Prieto. Prieto logró persuadirnos de que representaba intereses distintos a los de su propio partido, el Partido Liberal, a nivel nacional. Hizo pública su oposición total a Gustavo Petro, y parecía estar en desacuerdo con las reformas que defiende ese partido en el Congreso. Incluso prometió que se sometería a cualquier mecanismo para asegurar que se eligiera un candidato único que representara a la oposición en las elecciones regionales.

El momento crucial llegó con el famoso “Pacto de Indiana”, una reunión que involucró a los candidatos Andrés Julián Rendón (representante del Centro Democrático), Juan Diego Gómez (expresidente del Congreso Conservador), Mauricio Tobón (líder empresarial de centro-derecha) y Eugenio Prieto (representante del Partido Liberal). Sin embargo, aquí es donde comenzaron los desafíos. Eugenio Prieto, una vez que el pacto se firmó, empezó a socavar la unidad y reveló su verdadera estrategia, previamente acordada con el candidato de Aníbal Gaviria, Luis Fernando Suárez, quien era su hombre de confianza. Su plan era desbaratar la alianza de la centro-derecha y asegurarse de que él y Suárez llegaran al final con el candidato del Centro Democrático que calculaban que le ganarían, y esto garantizaría la continuidad del gobierno de Gaviria, que, aunque no había apoyado a Petro públicamente, sí había sido un opositor declarado de Federico Gutiérrez en las elecciones presidenciales.

Una vez que Prieto logró este primer paso, propuso una encuesta entre él y el representante del Centro Democrático. El ganador de esta encuesta se enfrentaría en otra encuesta con Suárez, y se convertiría en el candidato a la gobernación de Antioquia. Esto conduciría a que los demás candidatos de la oposición a Petro no tuvieran ninguna oportunidad de ganar en las elecciones regionales. Sin embargo, Federico Gutiérrez intervino rápidamente en apoyar Andrés Julián, poniendo fin a esta estrategia de Prieto y evitando que el candidato de su opositor Aníbal Gaviria se hiciera con la candidatura.

Gutiérrez, en un gesto de liderazgo y coherencia política, invitó nuevamente a Tobón y Gómez a unirse en un candidato único de centro-derecha. Esto abrió una nueva ventana de oportunidad para los antioqueños, que estaban ansiosos por ver una candidatura que representara sus valores y visiones. Sin embargo, en su afán por convertirse en candidato y futuro gobernador, Andrés Julián Rendón cometió un nuevo error que afectó profundamente las posibilidades de unidad. Se alió con los partidos (liberales, la U y AICO) que apoyaban reformas de salud, pensional y laboral en el Congreso y que la oposición consideraba perjudiciales para los colombianos.

Este acto contradecía la coherencia política que el Centro Democrático había demostrado en el Congreso de la República, donde se mantenía firme como líder de la oposición. El hecho de que un representante del Centro Democrático se uniera a los aliados de Gustavo Petro en el Congreso fue desconcertante y preocupante para muchos antioqueños, que por decisiones de un candidato para ganar una gobernación contradijera los principios y valores del partido líder de la oposición al gobierno del presidente Petro, poniendo en entredicho la confianza que le depositó ese partido, que le dio su aval para que representara y fuera coherente con el trabajo y su liderazgo como partido de oposición, como bien lo viene haciendo en el congreso.

La esperanza de una candidatura única de centro-derecha aún se mantiene, pero su realización dependerá de que Andrés Julián Rendón reconsidere su posición y busque un mecanismo para esta vez sí escoger entre los candidatos de oposición al gobierno del cambio y logra unir los candidatos que sí representan la oposición en Antioquia. De lo contrario, su candidatura no representara los intereses y valores de muchos de los antioqueños y, en cambio, sí representara a él y alguno de sus amigos y por supuesto a los partidos aliados de Gustavo Petro en el Congreso.

Comprendo que este artículo podría generar molestias en algunas personas, pero estoy dispuesto a asumir cualquier repercusión que pueda tener, ya que mi objetivo principal es contribuir al beneficio de Medellín y Antioquia y desde nuestro departamento iniciar el 29 de octubre el proceso de recuperación de la patria en las próximas elecciones presidenciales, de las cuales estoy seguro de que, unidos, en un candidato único a la alcaldía de Medellín, que ya nos representa, Federico Gutiérrez y de igual forma a la gobernación, enmendando el desventurado error que cometió Andrés Julián que, con sus desafortunados acuerdos, creyó que interpretaba la voluntad de la mayoría de los antioqueños. Es por esta Razón que estamos perdiendo una oportunidad crucial en Antioquia.

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