“OPINAMOS  SOBRE  TODO  SIN TENER  IDEA  DE NADA”

0
1430

Por: Iván Echeverri Valencia – El Correo

A lo largo de la historia las opiniones han entrado en pugna con la verdad. Afirmaban los pensadores griegos que lo que inquieta a los hombres no son las cosas, sino las opiniones que ellos tienen acerca de las cosas.

Hoy en Colombia estamos viviendo una época en la que todos opinamos sobre diversos temas muchas veces con conocimiento de causa y en otras siendo completamente ignorantes de lo que se trata.

Nos ocurre muy a menudo,  que lo que comienza con un simple diálogo, en la mayoría de las veces termina en agrias discusiones de nunca acabar, con las consabidas sátiras, sarcasmos, ridiculizaciones y contradicciones, agravándose más cuando entre los contertulios existen uno o varios individuos fácilmente irritables y con ínfulas de superioridad.

Cuando el tema central tiene que ver con los asuntos de su actividad laboral, estudiantil, con la  política, con lo que se vive en el país o en el campo deportivo, la situación se torna más complejo, máxime cuando alguien sin contar con los conocimientos ni las competencias, quiere imponer sus ideas y conceptos, no permitiendo que sus interlocutores expongan sus pros y los contras.

Desde hace 20 años para acá, estamos experimentando un fanatismo, una intolerancia, unas conductas coléricas y hasta enfermizas que comienzan a preocupar a los investigadores y estudiosos del comportamiento humano y de la psicología de masas.

Leyendo por estos días un artículo de los profesores de la Universidad de Cornell (Nueva York), y ganadores del premio Nobel en el año 2000, David Dunning y Justin Kruger,  traté de asimilar el texto a lo que se presenta en nuestro medio, cuando ciertos líderes se aprovechan de la ignorancia y los escasos conocimientos de sus seguidores o de sus fanáticos, inculcándoles mentiras y verdades a medias para hacerlos participe de peleas que no han comprado ni tampoco han propiciado y menos aún saben de qué se tratan.  

Dice el estudio que los individuos con escasa habilidad o conocimiento sufren de sentimientos de superioridad; se consideran más inteligentes que otras personas y miden su habilidad  por encima de lo real, no reconocen su insuficiencia. Del efecto Dunning-Kruger se colige: cuanto menos sabemos, más creemos saber, por lo que estos individuos se convierten en ultracrepidianos que consiste en personas que opinan sobre todo lo que escuchan sin tener idea, pero pensando que saben mucho más que los demás.

Esta clase de individuos los encontramos muy comúnmente en todos nuestros entornos en los que actuamos, bien en el trabajo, en los claustros de estudio, en la familia, en la actividad social y en mayor medida en la política; ellos no se restringen a dar una simple opinión ni a sugerir, sino a imponer sus ideas como verdades absolutas, haciendo posar a sus compañeros, alumnos, subalternos, amigos, socios, familiares y vecinos como ignorantes e incompetentes.

Tratar con esta clase de personas que creen saberlo todo, sin saber nada; es muy complicado por su forma de ser y por su pensamiento rígido e inflexible.

Las reuniones familiares siempre terminan en desavenencias cuando concurren  uno o dos miembros que aducen saber de todo y realmente no saben nada de nada, pero a la fuerza imponen sus comentarios, en tono alto y con una intransigencia de no permitir opiniones diferentes a la suya.

En la esfera laboral los incompetentes no son conscientes de que los son, ni reconocen la competencia de los demás. También el efecto Dunning-Kruger, es muy frecuente en las aulas de clase, cuando a docentes que creen saberlo todo, se les cuestiona, su reacción es de prepotencia y terminan apabullando y ridiculizando a sus alumnos.

Ahora bien, las redes sociales se han convertido en mediadoras en las que se plantean discusiones abiertas donde en ocasiones priman las opiniones que quienes no las valoran las dan como verdades

Hoy en Colombia somos víctimas de efecto Dunning-Kruger, creemos que lo sabemos todo y actuamos sesgadamente, haciendo que las mentiras  y las verdades a medias se conviertan en verdades absolutas.

 “Opinar sobre todo sin tener idea de nada” y más en materia política, se torna en peligroso para la democracia, máxime cuando algunos militantes de derecha o de izquierda, actúan bajos el efecto de Dunning- Krogler, de querer imponer sus ideas y competencias como verdades absolutas y con un radicalismo extremo.

Debemos abrir nuestras maneras de pensar, de opinar y de debatir, con conocimiento de causa de lo que somos como sociedad en un país diverso y pluralista, con muchas inequidades, desigualdades y una corrupción que nos desangra, por lo que debemos superar las diferencias y las imposiciones recalcitrantes. 

Afirmaba, en uno de sus célebres aforismos – Georg Christoph Lichtenberg – no te dejes contagiar, no des ninguna opinión como tuya antes de ver si se adecúa a ti, mejor opina tú mismo.      

Estamos a tiempo en convertir nuestros errores e inexperiencias en verdaderas oportunidades, la vida no es más que un aprendizaje y una ocasión para crecer y mejorar aptitudes.

Cuadro de comentarios de Facebook