El jefe de Petro

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Parece como si Petro tuviera más compromisos con sus colegas del exterior, que con los colombianos a quienes les debe el triunfo. Ya ganó y ya los puede irrespetar.

Por Juán Gómez Martínez

El presidente de los colombianos ha dado muestras de “no me importa”. Ya se ha vuelto repetitivo que llegue tarde a sus compromisos y las excusas no se han visto por ninguna parte.

No le cumplió a las altas cortes para darles posesión a unos magistrados. No se han escuchado sus excusas o su explicación a esta muestra de descortesía. A la vicepresidente le llegó cinco horas tarde para un compromiso de máximo interés para ella, ya que era en su tierra.

Pero, a su máximo jefe, el presidente del país vecino, Nicolás Maduro, le llegó como un relojito bien calibrado. A él, a quien admira y respeta tanto, sí le cumple como debía hacer con todos. Allí sí entiende que sería una falta grave, de respeto, el no cumplirle. A Maduro, que es su jefe y guía, lo respeta como tal y le cumple, lo que no hace con los colombianos.

Es que Petro pareciera que tuviera más compromisos con sus colegas del exterior, que con los colombianos a quienes les debe el triunfo. Ya ganó y ya los puede irrespetar. Para nuestro presidente son más importantes sus colegas de la extrema izquierda, que sus conciudadanos. Esto se refleja en los contratos, en las relaciones internacionales y en muchos otros aspectos.

Para los aviones de combate, los fabricados por los israelitas, los descartó de plano. A pesar de que llevamos años con los Kafir, con buenos resultados, ni siquiera los tuvo en cuenta para su estudio. Buscó por otros lados y esperamos que no se equivoque en la adjudicación. Me imagino que estaba pensando en los rusos, pero con la guerra adelantada contra Ucrania, no ha sido posible el estudio de esta opción. No sé si los chinos fabrican esta clase de aeroplanos, pero me imagino que, para él, serían los más atractivos. Es que los gobiernos de izquierda están apoyando económicamente a estos orientales para crecerlos y ser la competencia de los Estados Unidos, ya que sus enemigos, los norteamericanos, están descartados desde un principio.

Petro no quiere las vías para el desarrollo, las 4G. Prefiere seguir en el subdesarrollo. Esa es su consigna. Dice que esas vías sirven solo para traer las mercancías para los ricos. No le cabe en la mente que esas buenas carreteras sirven para el desarrollo, para transportar los bienes de exportación, para importar bienes de consumo para todos los colombianos, para el transporte rápido de trabajadores, de estudiantes que deben moverse de un punto a otro. Tan es cierto esto, que, en este principio de año, hemos visto los terminales de transporte colmados de colombianos y no propiamente de los oligarcas, cómo él llama a los que trabajan por el país y por toda su gente.

Pero ese es el presidente que eligieron los desorientados y es a quien nos tenemos que aguantar hasta cuando nuestra democracia diga otra cosa. No queremos un mandatario que prefiera ser fiel a su política, antes que serlo a unos colombianos que necesitan de un buen gobierno.

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