“generación confinada” que sufrirá los efectos económicos del coronavirus por al menos una década

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Los jóvenes entre 15 y 24 años serán más golpeados que el resto de la población por la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus. Ya se habla de la “generación confinada”.

Y es que las dificultades que enfrentan actualmente en el mercado laboral y las que les esperan en el futuro pospandemia, según un análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Uno de cada seis jóvenes en el mundo ha perdido su empleo desde el comienzo de la epidemia y los que siguen ocupados vieron reducir sus horas de trabajo en un 23%, señala el organismo.

“Es una generación que quedará marcada por el virus”, le dice a BBC Mundo Susana Puerto, especialista en empleo juvenil de la OIT, al tiempo que agrega que los efectos de esta crisis se extenderán por al menos una década, como ocurrió con la crisis económica de 2008.

“Esta vez es mucho peor y por eso pensamos que los efectos serán duraderos“, explica Puerto.

La experta explica que la pandemia no hizo sino agudizar las vulnerabilidades que los jóvenes ya tenían en el mercado laboral.

Y advierte que la situación podría ser mucho más dura de lo que muestran las cifras hasta ahora, ya que las estimaciones fueron hechas con un sondeo por internet y muchos de los empleados jóvenes más vulnerables no tienen acceso al servicio.

El triple efecto de la pandemia

Desde otras perspectiva, como una gran parte de los centros educacionales tuvieron que cerrar su puertas en los momentos más difíciles de la pandemia, existe el riesgo de que algunos jóvenes se retrasen o no regresen al sistema.

En ese sentido, señala la OIT, la pandemia tiene un triple impacto sobre los jóvenes: destruye sus empleos, su educación y pone obstáculos para los que quieren incorporarse al mundo laboral.

Antes de la pandemia la tasa de desempleo juvenil en el mundo era de 13,6% (comparada con un 4,9% de toda la población activa) y en Latinoamérica de 17,9% (comparada con un 8,1%), lo cual refleja la vulnerabilidad de este grupo.

Además, aquellos jóvenes con trabajo tenían ocupaciones mal remuneradas o pertenecían a la economía informal.

Así las cosas, el panorama no es muy alentador. La experta anticipa un aumento en el número de jóvenes que no estudia ni trabaja a nivel global, con un efecto más pronunciado en el caso de las mujeres jóvenes.

Miedo o desconfianza en el futuro

“La mitad de los jóvenes encuestados siente miedo o desconfianza en el futuro”, explica Puerto, agregando que eso puede llegar a ser peligroso.

“Los jóvenes pueden caer en estados de depresión o ansiedad y eso es devastador”, apunta.

Tres de cada cuatro jóvenes activos en el mercado laboral trabaja en el sector informal, lo que no le proporcionan acceso directo a la protección social ni a las ayudas de emergencia que está entregando el Estado en medio de la crisis.

Frente a esta situación, la OIT propone la aplicación de algunas políticas que se implementaron tras la Gran Recesión de 2008, que requieren un aumento del gasto público para apoyar la creación de empleo.

El organismo plantea que ante las actuales circunstancias, los gobiernos deben tomar medidas urgentes y a gran escala con el foco puesto en este sector más vulnerable de la población.

Eso requiere, señala la OIT, estimular la economía, apoyar a las empresas, los empleos y los ingresos, además de proteger a los empleados en el lugar de trabajo.

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