Petro es el peor enemigo de sí mismo, y lo disfruta

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Esta semana se mantuvo el tono alarmante de las noticias políticas de Colombia; es como si el período presidencial de Petro fuese la resumida pero viva representación de su vida, desde su época en el M19 hasta la Alcaldía de Bogotá. Nuevamente, pulularon los mensajes acerca de la planificación de un golpe de estado en Colombia, se convocó por televisión al «pueblo» para que respalde el «cambio» y quedaron en evidencia irresponsables presiones al periodismo.

Esta situación debilita la democracia y aviva la peligrosa polarización del país. ¡Qué forma tan particular de hacer política! No importa qué tan mal les vaya, sino cuántas veces se toman los micrófonos y se figura en los titulares de la prensa. Pareciera que, más allá de las diferencias ideológicas, el mismísimo Roger Stone asesorara al Gobierno en materia de comunicaciones: «es mejor ser infame que no ser famoso en absoluto», dice una de sus viles Stone’s Rules.

La técnica es simple y asegura la detentación del poder: se debe figurar e instrumentalizar a los votantes más férreos. Se ignoran dolosamente los demás efectos que pueda producir el mensaje, como el debilitamiento de la economía nacional o la subida del dólar, pues el poder es un fin en sí mismo y las ponderaciones no valen la pena. ¿Recuerdan los consejos de Sebastián Guanumen? Las líneas éticas no son fronteras de esta forma de hacer política.

Es así como cobra sentido el errático actuar de Petro. Siempre promete su presencia, pero decide faltar con frecuencia, lo que genera expectativa y crea una atmósfera de misticismo. Enseguida, la prensa se pregunta si está enfermo o solo pretende demostrar el dominio que ejerce sobre los demás. Esta semana repitió la estrategia con la Comisión de Relaciones Exteriores. Molesto por las tres horas de infructuosa espera, Ernesto Samper dijo que «había asistido a reuniones de la comisión asesora con expresidentes, sin expresidentes, pero nunca sin el presidente en ejercicio».

La utilización de este tipo de instrumentos puso en jaque al sistema electoral de EEUU, y condujo al asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Desde el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo… y no antoja. El bajo desempeño del Gobierno de Gustavo Petro se asemeja a la personalidad del presidente. Es tan narcisista y dominante, está tan sediento de atención y de poder, que su historia de vida define la percepción general de su gestión.

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