La antigua fábrica de Peldar se modificará

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La estrategia busca incentivar la llegada de proyectos de vivienda y edificios para uso comercial

Análisis apuntan a que un mediano plazo, entre unos 5 a 10 años, esté consolidado el futuro desarrollo en los antiguos predios de Peldar en Envigado.

Migrar a un modelo de ciudad compacta, mejorar la conectividad entre el centro y el eje del río Medellín y aumentar la oferta de espacio público serán algunos de los objetivos que perseguirá el plan urbano con el que se pretende transformar el terreno que ocupó la cristalería Peldar, en el municipio de Envigado.

Luego de apagar sus hornos el pasado 28 de enero de 2019 y trasladar sus operaciones al municipio de Zipaquirá, la empresa proyectó el futuro de este estratégico lote, que durante los próximos años se consolidará como uno de los nodos de crecimiento urbano del sur del valle de Aburrá.

En alianza con un equipo de urbanistas y expertos del Metro, y la asesoría del Departamento Administrativo de Planeación de la Alcaldía de Envigado, esta empresa formuló un plan parcial que sintetizó los lineamientos que guiarán el cambio de uso de una de las zonas industriales más importantes de la región.

“Un plan parcial es un instrumento de planificación complementaria que trae el plan de ordenamiento territorial y que permite hacer un borrón y cuenta nueva sobre una gran extensión de terreno. Cuando termina una actividad industrial, como por ejemplo pasó allí, los propietarios tienen la posibilidad de elegir si continúan con esa actividad económica o si deciden renovar el predio para hacer un redesarrollo. Es decir, apuntar a otras necesidades que el mercado está jalonando”, explica Luis Eduardo Taborda Ramírez, subdirector de análisis y planeación de Envigado.

Según consta en el Decreto Municipal No. 388 de 2020, que cuando fue aprobado el pasado 20 de agosto dejó en firme la adopción del Plan Parcial de Peldar, el terreno está conformado por 23 subdivisiones que suman 101.445 metros cuadrados.

Una extensión similar a la de 14 canchas de fútbol, de las cuales el 74,07 por ciento pertenecen a Peldar, el 10,21 por ciento al municipio de Envigado y un 16,76 por ciento al Metro de Medellín.

Rodeada al norte por la avenida Simón Bolívar (la principal conexión entre Envigado e Itagüí), al oriente por la avenida Las Vegas, al sur por los predios de Sofasa, y al occidente por la avenida regional y la línea principal del Metro, este pedazo de tierra se proyecta como una de las zonas de inversión más atractivas de Envigado.

Taborda Ramírez señala que esta transformación estará guiada por varios componentes: movilidad, espacio público, medio ambiente y aprovechamientos comerciales.

En materia de movilidad, por ejemplo, el aprovechamiento de la zona permitirá la ampliación de dos importantes corredores viales.

Al norte facilitará la construcción de un tercer carril para el puente Simón Bolívar (calle 37 sur). Un proyecto que desde octubre de 2014 ya había sido incluido en el mega plan de movilidad de Envigado y actualmente es estudiado por el Área Metropolitana.

Y al oriente permitirá la ampliación de un tercer carril de la avenida Las Vegas (carrera 48), cuya continuidad en ese municipio aún no ha sido lograda.

Junto a estos dos corredores viales, el plan proyecta una vía al interior del plan parcial que jalonará la red de ciclorrutas municipales.

Según se lee en el decreto, la actual ciclorruta bidireccional, ubicada sobre la calle 39 sur, sería reubicada en un futuro parque lineal que consolidará la conexión entre el centro de ese municipio, la avenida Las Vegas y el corredor del río Medellín para las personas que viajan en este medio de transporte.

Paralelo a estos tres corredores viales, otro de los hitos que perseguirá el plan será el de aumentar la oferta de espacio público.

Para ello, según estableció el decreto, se construirá un conjunto de parques y plazoletas con un área de 16.906 metros cuadrados.

El más grande de todos será un parque lineal paralelo a la quebrada La Mina, que rodea por el sur al terreno.

Con un área de 6.598 metros cuadrados, este parque se proyecta como un gran interconector ambiental que, a su vez, se integrará con dos alamedas.

Una denominada alameda del Ferrocarril, que concentrará la mayor parte del flujo peatonal asociado a la estación del metro, y una alameda transversal.

La primera con un área de 4.169 metros cuadrados y la segunda con 1.225 metros cuadrados.

Con estos tres componentes, según plantean los documentos, se buscará la preservación de aproximadamente 163 árboles ubicados en la antigua zona industrial, cuya función ecológica y paisajística pretende protegerse durante la transformación.

De igual manera, se proyecta la construcción de tres plazoletas. Una central, que generará una conexión con el tradicional barrio de Alcalá, una secundaria de mayor área y una tercera de carácter patrimonial. Esta última compuesta por algunas chimeneas de la antigua cristalería, que se integrarían al espacio urbano con el objetivo de preservar en la memoria de los ciudadanos la historia de la fábrica.

Junto a los parques, otro componente que perseguirá el plan será el de generar un espacio más amplio para los peatones. Esto, explica el subdirector Taborda, buscando facilitar el flujo de viajeros que entran y salen de la estación del metro.

“Ese plan parcial pretende ser muy generoso en el área que va a tener la sección de los andenes. Como mínimo, el Municipio exige un metro y medio de andén y el plan tendrá andenes que llegarán a los tres metros”, detalla el funcionario.

Aunque en materia de equipamientos y espacios públicos el plan establece componentes muy concretos, todavía no es claro qué tipo de proyectos y desarrollos inmobiliarios sería emprendidos en el lugar.

De acuerdo con las proyecciones del decreto, el terreno será dividido en 5 Unidades de Actuación Urbana, cuya área sería en un 60 por ciento utilizada para proyectos de vivienda y un 40 por ciento restante para el levantamiento de establecimientos comerciales, oficinas o incluso recintos para el funcionamiento de industrias ligeras.

Un consolidado que podría traducirse en la construcción de aproximadamente 2.721 viviendas.

Cada uno de esos componentes, aclara la documentación del proyecto, tendrá un margen superior o inferior del 15 por ciento. Es decir, que cada uno podría ser aumentado o disminuido en ese porcentaje, de acuerdo con las proyecciones comerciales.

Aunque todavía no ha sido confirmada la llegada de ningún proyecto en específico, los análisis apuntan a que, en un mediano plazo, de unos 5 a 10 años, el lugar ya tendría consolidado sus futuros desarrollos.

El subdirector de planeación, Taborda, agrega que detrás de este plan, la meta es consolidar el modelo de ciudad compacta, que durante los últimos años se ha convertido en una de las prioridades de la región metropolitana.

Una estrategia que pretende desestimular la urbanización de las laderas y concentrar ese crecimiento en el centro del valle.Un cambio regional

La transformación de las áreas industriales hacia otros usos es una tendencia que viene multiplicándose durante los últimos años en el valle de Aburrá.

En Medellín uno de los antecedentes más exitosos ocurrió en los antiguos terrenos de Simesa, cuando en el 2006 la Alcaldía de Medellín adoptó un Plan Parcial a través del decreto 124 de 2006.

El terreno pasó de ser el centro más importante de la industria pesada y se convirtió, igualmente, en una zona llena de viviendas, torres médicas, oficinas y un generoso espacio público para el disfrute ciudadano.

Además de Peldar, otras empresas han pensado en disminuir su área ocupada o emigrar del valle de Aburrá para reinstalarse en otras regiones.

En el caso de las textileras, por ejemplo, sobresale el caso de Coltejer. Esta empresa en el 2018 anticipó que en un mediano plazo cerrará su planta ubicada en el barrio Simón Bolívar, municipio de Itagüí, y migrará a la subregión del Oriente de Antioquia.

Por:Jacobo Betancur Peláez – El Tiempo

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